Javier, no te olvidaremos

Hace unas semanas estuve con él. En una mesa coloquio en el antiguo matadero de Madrid. Compartiendo mesa con otro compañero y, sin embargo amigo, Valentín Requena. Después de ver un documental de La Bañeza -¡que recuerdos!-, estuvimos hablando de nuestra pasión, las motos. Compartimos con los asistentes nuestras vivencias de esta larga historia profesional. Le vi bien. Javier Herrero siempre ha sido un hombre muy positivista. Quizás, por ello, siempre me ha criticado mi forma de informar. No le gustaban los comentarios. Ni meterse con la gente, aunque oportunidad tenía para hacerlo.

      Cuando esta mañana de domingo me entero a través de Facebook que había muerto.., me he quedado sin respiración. No sabía que hacer. Solo he recordado las muchas situaciones que hemos vivido juntos. Hicimos muchos kilómetros en su “1430”. Vimos cientos de carreras. Hemos discutido, y mucho. Pero era muy buena gente. Sin rencor. Amigo de sus amigos. Amaba las motos como pocos y, sobre todo, a su Saldaña, el pueblo que le vio nacer.

       Estoy desolado. Sobre todo, porque hace tan solo unas semanas le vi con ganas, con optimismo. Hace dos años nos encontramos en el Hospital de Madrid San Chinarro, en oncología. Lo mío... era próstata; lo de él, ha sido más grave, porque un año despues le han mandado de enviado especial a los grandes premios del mas allá. El Director de este medio implacable de la vida, así lo ha decidió. Seguro que cubrirá en ese nuevo medio la mejor información de la moto. Volverá a convivir con Ramón Torras y Santiago Herrero, sus dos grandes ídolos. De los que escribió, y mucho. Y seguirá haciendo kilómetros encima de su moto por ese camino que tiene la meta en la eternidad

      Hay temas en la vida que yo valoro sobre todo lo demás: La honradez, la honestidad y la franqueza. El “Chelí” tenía estas virtudes además, de muchos más. Era, fue, muy cabezón; brutos como pocos he conocido. Pero en mi recuerdo quedará siempre su franqueza y honestidad. No me da ninguna verguenza decirlo, pero las lagrimas siguen saliendo de mis ojos. Fue una gran persona. Desde esta modesta ventana, mi más sentido pesar a su mujer y a sus hijos, así como a toda la familia “Luike” Estoy costernado y lleno de rabia, porque esta avería del “cancer” nos ha retirado a uno de los mejores informadores del mundo de la moto. Descanse en Paz en ese puesto que su nuevo Director, allí arriba, le habrá destinado.

 Un colega, veces adversario y, sin embargo, buen amigo