En sus 17 años de vida se fabricaron 800.000 unidades en sus tres generaciones. Fue el coche que independizó a los españoles. En su lanzamiento en 1957 tenía un precio de 65.000 de las antiguas pesetas (390 euros aprox.)
El Gobierno del General Franco decidió (1957) fabricar en la Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT) el utilitario pequeño de Fiat, el “Seiscientos”. Los acuerdos con la marca italiana se habían iniciado en 1953, cuando se decidió fabricar bajo licencia el modelo 1400 del que se construyeron 2.500 unidades.
Un modelo que, por aquel entonces, se consideraba todo un lujo.
Seat, como tal, fue fundada en 1950 por el INI (Instituto Nacional de Industria) con el objetivo de fabricar en Barcelona los automóviles italianos Fiat. La sociedad se creó con un capital inicial de 600 millones de pesetas. El INI contaba con el 51 por ciento, la banca española con el 42% y el 7% restante en propiedad de Fiat, como socio tecnológico.
LOS ANTECEDENTES
Una de las iniciativas para iniciar el Plan de Desarrollo Industrial llevado a buen fin por el Gobierno del General Franco –no todo fue tan malo como lo cuentan- fue el motorizar a España con un coche asequible. Y en mayo de 1957, Seat presentó la primera unidad del Seat 600 con un competitivo precio de 65.000 pesetas y, aunque en su momento no resultaba un vehículo barato, llegó a las carreteras con el éxito asegurado.
A mediados de la década de los sesenta, con el crecimiento espectacular de la renta española, el 600 siguió manteniendo su precio sin grandes incrementos, por lo que se convirtió en una realidad para un gran número de familias españolas que años antes no habían podido permitírselo.
Se trataba de un turismo pequeño con cuatro plazas y un motor de 633 cc que alcanzaba los 95 Km/h. Para conseguirlo, era necesario adelantar el pago del automóvil e inscribirse en las largas listas de adjudicación que, en ocasiones, superaban los dos años de espera. Una de sus notas más destacables y más criticadas fueron sus puertas, que se abrían a contraviento o “Puertas Suicidas”, que fueron sustituidas en 1968 por otras de apertura desde atrás.
TRES GENERACIONES
El Seat 600 D era un turismo mejorado mecánicamente, con mayor potencia y cilindrada gracias a su nuevo motor de 767 cc y 25 CV. Cambiaron algunos pilotos. Lo más importante: las mejoras en el sistema de refrigeración solucionaron los temibles calentones que soportaban a menudo los primeros 600. A partir de aquí, la versión se hizo popular, pues el aumento de unidades y las facilidades de financiación de Seat hicieron más accesible el automóvil.
Con el 600 E (1968) se lograron las mayores cuotas anuales de producción, que a finales de 1970 superaba ya los 78.360 unidades. En 1972 lanzó al mercado el Seat 600 L Especial, que sería la última versión del “600”, con mayor confort y mejoras en los acabados. El 3 de agosto de 1973 cesó la producción del Seat 600 en España tras más de diecisiete años de producción y unas
800.000 unidades fabricadas del popular vehículo, que marcó un hito en la historia de la automoción española.
Ahora, la que fue marca española, está en manos del grupo Audi-Volkswagen y produce uno de los modelos más vendidos del mercado español, como es el Seat Ibiza que acaba de cumplir 30 años.
SEAT 600 (1957-1963)
Motor: De gasolina NO 86, con cuatro cilindros en línea. Arranque: Por medio de una palanca situada en el túnel de la calefacción. Cilindrada: 633 centímetros cúbicos. Par motor: 0 mkg DIN a 2.800 rpm. Alimentación: Carburador monocuerpo Weber 22 IT invertido. Puertas: Apertura tipo suicida. Plazas: Cuatro. Transmisión: Cambio manual de cuatro velocidades de avance sincronizadas. Potencia: 21,5 CV a 4.600 rpm. Frenos: Frenos de tambor en las cuatro ruedas. Autonomía: 400 km. Depósito de combustible: 27 litros. Consumo medio: 7 L / 100 km. Velocidad máxima: 95 km/h hasta 1961, 101 km/h de 1961 a 1963.
Si (
No(
