Hamilton o Rosberg, esta es la cuestión

No hay vuelta de hoja, mejor dicho, sí: o gana Hamilton o lo hace Rosberg. No hay más mientras que los sabios de la F-1 no cambien el reglamento técnico. Los Mercedes o, mejor dicho, los técnicos e ingenieros de la estrella han sabido como nadie ajustarse a las reformas del reglamento técnico federativo haciendo unos monoplazas que superan a sus adversarios en más de un segundo por vuelta. Bien es cierto que la diferencia se ha acortado. Sin embargo los coches alemanes siguen siendo superiores.

Como hemos dicho muchas ocasiones y recordamos ahora, entre el mejor de los mejores pilotos y el siguiente de la misma división puede caber una diferencia de dos, incluso tres décimas de segundo por vuelta. Es decir, cuando la mejor máquina está a un segundo de la que le sigue, poco o nada puede hacer un piloto. Por lo tanto, los mercedes y los hombre que los conducen, son imbatibles.

Es una pena, pero esta es la realidad de la F-1. No es de extrañar que las audiencias hayan bajado notablemente. Antes de empezar ya se conocen quién o quienes puedes ser los ganadores. La máxima emoción se sitúa en las primeras vueltas de la carrera; el resto, es un auténtico bostezar. El mejor somnífero para una buena siesta.

El Gran Premio de Hungría ha tenido como aliciente, al menos para los aficionados, el tira y afloja y la sabiduría de Lewis Hamilton. El piloto inglés ha sabido controlar y hacer la estrategia oportuna a su rival –y sin embargo compañero- Nico Rosberg. Lo más destacado.

En lo que concierne a los aficionados españoles, el centro de atención ha sido el duelo entre Fernando Alonso y Carlos Sainz. Ambos pilotos han rodado en el mismo margen del 1:26, lejos del 1:25 e, incluso, 1:24 que hacían los coches que tenían delante . Al final han terminado séptimo y octavo, respectivamente, pero a una vuelta de los primeros. Insisto, la diferencia de máquinas es abrumadora

A modo de conclusión, decir a los aficionados – que son muchos- que debe frenarse con un reglamento adecuado la carrera tecnológica que se inició hace una década. De lo contrario, lo que fue un gran espectáculo deportivo puede convertirse la superación de la máquina sobre el hombre. Por lo tanto, una competición de tecnología, ajena a la importancia del factor humano.