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Comparativa SUV

Mercedes GLC Coupé superior al BMW X4
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Mercedes GLC Coupé superior al BMW X4

Los dos SUV (todo camino y uso) alemanes tienen muchos puntos en común, pero…

Por Tomás Diaz-Valdés
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miércoles 08 de marzo de 2017, 12:47h

La rivalidad entre marcas que fabrican el mismo producto es importante para los consumidores. Son enemistades que generan debate y animan a sus contendientes a mejorar, evolucionar y competir en el mercado. Tenemos ejemplos en otros sectores de la industria, como Coca Cola vs Pepsi, McDonald’s vs Burger, Microsoft vs Apple…

En el sector de automoción tenemos el ejemplo de las dos marcas germánicas más emblemáticas, como son las centenarias (1916) BMW vs Mercedes Benz. Tienen en común muchos factores y en su, insisto, centenaria historia, atravesaron momentos difíciles tras los gloriosos años de fabricar vehículos y motores de aviación en la II Guerra Mundial

A pesar de ello, tras el periplo de reconversión, llevan medio siglo liderando el mercado Premium del automóvil. Muchos de sus modelos son el deseo permanente de miles de usuarios. Son las marcas, junto con Audi, que prestigian un determinado segmento en el mercado de los coches de alta gama o Premium.

Hoy vamos a conducir o vivir uno de los modelos de última generación, el Mercedes GLC Coupe. Un coche que ha sido la réplica del BMW X6. Ahora compite directamente con el BMW X4. Se trata de un SUV o todo camino, con un aspecto más deportivo gracias al diseño -más cupé- de su parte trasera. Cuestión de diferenciarse de las versiones originales.

El Mercedes GLC, como el BMW X4, son coches musculosos y dificultosos para aparcar en las grandes ciudades. Especialmente por su poca visibilidad trasera, aunque en este sentido los dimensionados espejos exteriores, los controles de aparcamiento y la cámara trasera, suplen este inconveniente.

Estéticamente son muy parecidos. A cierta distancia es difícil diferenciar el uno del otro. El Mercedes tiene una longitud total de 4,73 metros. Más de seis centímetros con respecto al BMW X4. Y esto se nota, especialmente en la habitabilidad interior, que mejora especialmente en la amplitud de las plazas traseras. Los maleteros tienen una capacidad similar. En ambos modelos llevan la apertura y cierre del portón eléctrica, además incorporan los tiradores para abatir los respaldos de los asientos traseros.

Motorizaciones y prestaciones

El conjunto propulsor de Mercedes dispone de un motor de cuatro cilindros Diésel de 204 CV con una caja de cambios automática de doble embrague y 9 velocidades. Nada más y nada menos que 14 CV más de potencia que el motor de BMW. La caja de cambios también es superior a la de BMW. En este sentido, no hay color. Sobresaliente el Mercedes frente al modelo de la firma de Baviera.

Esto, por lógica, a pesar de ser algo más pesado el Mercedes GLC, se comprueba en los resultados de la prueba. Si nos ceñimos a los datos que ofrecen los fabricantes, son contundentes, como pueden apreciar en el cuadro adjunto. Pero en la realidad, es decir, al volante de cada uno de ellos, se confirma todavía más esta diferencia.

El Mercedes supera al BMW en aceleración, reprís y velocidad punta. No obstante, esto último, es relativo, teniendo en cuenta los límites de velocidad de las carreteras españolas. Lo importante es disponer de una seguridad extra en las maniobras de adelantamiento. En esto, el Mercedes es superior al BMW.

Conducción fuera de carretera

Ninguno de los dos coches es un auténtico todo terreno. Sin embargo, sus propiedades para andar fuera del asfalto son notables. Disponen de tracción automática a las cuatro ruedas, con sistema informatizado que distribuyen la tracción a las ruedas motrices que así lo requieren. Difícilmente puedes quedarte tirado en cualquier dificultad de agarre. Depende del tipo de goma. En este factor, contribuyen especialmente el tipo de neumáticos. En nuestro caso, montaban ruedas para asfalto que desempeñaban bien su función por caminos, barrizales y nieve.

Por otro lado, previo pago de su importe, disponen de suspensión neumática con el cambio de altura sobre el suelo. El sistema estándar de la suspensión tiene diferentes funciones para que el coche sea más confortable, estable y seguro, sea cual fuere el terreno por donde rueden o la forma de conducir. En ambos casos, cumplen con su función.

Conclusión

Después de vivir estos dos vehículos durante siete días, rodar por carretera, ciudad y por caminos, el Mercedes es ligeramente superior al BMW. No es mucho, todo hay que decirlo, pero dados a elegir, teniendo en cuenta el precio y el aporte tecnológico multimedia, nos inclinamos por la marca de la Estrella. Estéticamente –en este sentido hay gustos para todo- es más atractivo. Tiene mejor rendimiento en el factor prestaciones/consumo y el precio es similar. Mil euros arriba, mil euros abajo-

¿Qué tienen de malo? El precio. En el mercado hay productos de similares características por un precio total de los 50 mil euros. Ofrecen lo mismo o más. Por ejemplo, el Infiniti QX 50, es un SUV Premium que, con el equipamiento a tope, cuesta 20 mil euros menos.

Otro de los inconvenientes –por no llamar defectos- es la falta de visibilidad trasera y el agobio que supone para los viajeros de los asientos traseros. La terminación coupé tiene esta desventaja, además del acceso a las plazas posteriores. Hay que tomar precauciones para no pegar con la cabeza en el montante de las puertas. Y estamos hablando de personas de 1,70 de altura.

Es evidente que el marchamo de la estrella o las “aspas” blanquiazules tienen un sobre coste. ¿Merece la pena? Las estadísticas de venta dan a entender que sí. Es pagar por la distinción y la imagen, evidentemente.

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