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Un paseo por los EE UU

500 Millas de Indianápolis, cien años de historia

500 Millas de Indianápolis, cien años de historia

Conocer un poco más esta mítica prueba

Por Colaboradores
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jueves 13 de abril de 2017, 13:23h

Ha sido una de las noticias que han revolucionado a todos los medios desde el miércoles cuando saltó desde Barhein que Fernando Alonso iba a participar en la carrera más importante de los EE UU y que forma parte de lo que se ha dado en llamar “La triple corona”, junto al Gran Premio de Mónaco y las 24 Horas de Le Mans y que, tan sólo, la ha conseguido un piloto: Graham Hill.

Aunque sea una prueba más en el calendario del Indy Car americano, es uno de los eventos deportivos más especiales del año y todo un acontecimiento sociológico en Estados Unidos. 33 pilotos compiten sobre el óvalo del Circuito de Indianápolis, con 4,023 kilómetros de longitud (2,5 millas) y un total de 200 vueltas.

Generalmente suele durar algo más de tres horas y se realizan una media de seis paradas en boxes. Es una prueba especialmente peligrosa que se ha cobrado la vida de 15 pilotos desde 1919. Si hace décadas apenas alcanzaban 123km/h de media, el ‘poleman’ del año pasado registró la friolera de 371,37km/h. El peligro y la velocidad son dos de sus grandes atractivos para el público.

El circuito con más historia

El complejo automovilístico en el cual se celebra la prueba fue construido en 1909, y la primera edición de la carrera se celebró en el año 1911.

Desde 1911 hasta 1955, la carrera la fiscalizó el Comité de Competición de la AAA (Asociación Automovilística Americana), y formaba parte del Campeonato Nacional de la AAA. Luego del desastre de las 24 Horas de Le Mans de 1955, la AAA dejó de organizar carreras. Tony Hulman, dueño del óvalo de Indianápolis, creó el USAC y las 500 Millas se convirtió en la prueba por excelencia del Campeonato Nacional del USAC.

En 1979, varios equipos fundaron la CART, que comenzó a organizar su propio campeonato de monoplazas. Años después, el USAC dejó de organizar carreras de Indy, aunque siguió fiscalizando las 500 Millas de Indianápolis, la cual se incorporó rápidamente al calendario de la CART.

Tony George, dueño de Indianápolis a principios de la década de 1990, fundó un campeonato de óvalos en 1996 llamado Indy Racing League, luego IndyCar Series, por lo que las 500 Millas de Indianápolis pasó a ser válida para el nuevo certamen. La IndyCar y la CART, luego renombrada Champ Car, convivieron hasta 2008, cuando la segunda entró en bancarrota.

Los primeros años

Ray Harroun, aunque pasó a la historia como el primer ganador, cabe acotar dos atenuantes: El equipo Nordyke & Marmon Company estaba compuesto de dos coches conducidos por Joe Dawson, Ray Harroun y Cyrus Patschke, inscrito como relevo, que alternó treinta y nueve vueltas con Harroun y otras tantas con Dawson. El segundo atenuante y el más controvertido fue que, el verdadero ganador fuese Ralph Mulford, fue él quien cruzó la línea de meta en la primera posición, pero circunstancias como la imprecisión del método de medición en los tiempos y un accidente en los finales de la carrera que entorpeció la libre circulación en pista complicaron dilucidar el resultado dándo como ganador al día siguiente a Ray Harroun.

Louis Meyer fue el primero que ganó en su debut (exceptuando los de la primera edición) y en lograr la trilogía, en su segundo galardón al cruzar la línea de meta pidió un vaso de leche para festejar el triunfo. Cuando repitió, su tercer triunfo en 1936 volvió a solicitar un vaso de leche, pero a cambio recibió una botella de suero de leche (muy usual en el sur de EE.UU.). Un hábil fotógrafo inmortalizó el momento en el que bebía de la botella sostenida con dos dedos, los otros tres los mantenía abiertos en alusión a sus tres triunfos. Un ejecutivo de la compañía local de productos lácteos vio la oportunidad de usar la imagen en publicidad y se aseguró de que se repitiese en los siguientes años; exceptuando un periodo (1947–1955) que al parecer no se ofrecía ya, la práctica se reavivó en 1956 hasta el presente.

En 1993, Emerson Fittipaldi en su segunda conquista lo festejó con jugo de naranja, justificado por que él era productor del cítrico en Brasil. Luego tomó de la tradicional botella de leche, eso sí fuera de cámaras. Aun así, tanto el público como algunos periodistas lo criticaron por esa atribución al respecto.

Los coches actuales

Los monoplazas de la IndyCar no son tan complejos aerodinámicamente como los de la Fórmula 1. No obstante, destacan por sus altas velocidades punta y la igualdad entre todos. La carga aerodinámica es cambiante y crucial según se modifican el estado de la pista y las condiciones ambientales. A excepción de los suministradores de motores –donde compiten Honda y Chevrolet– y el kit aerodinámico especial para cada fabricante, todos los coches son iguales. Y en 2018 se introducirá un nuevo diseño más agresivo que será ya común a toda la parrilla. El propulsor es de 6 cilindros y 2,2

litros y también incorpora turbocompresores. La puesta a punto es crucial, variando para cada lado del coche, e incluso se utilizan neumáticos asimétricos para inducir el giro natural del coche en las curvas.

La fecha no se cambia

La acción empezará con los entrenamientos libres desde el lunes 15 de mayo hasta el viernes 20. En la sesión clasificatoria del sábado, los 33 pilotos dispondrán de seis horas para rodar todas las vueltas que quieran. Es ahí donde empezará a configurarse la parrilla definitiva con la famosa "bubble", donde se situán los últimos pilotos en la clasificación, siempre pendientes de quedar fuera de la carrera. El domingo, los nueve pilotos más rápidos del día anterior, conocidos como ‘Fast Nine’, se juegan la 'pole' en solitario. Los otros 24 ruedan en una sesión aparte donde sólo disponen de un único intento. La carrera se disputa justo una semana después, el domingo 28, a las 12:20 de la mañana hora local (18:20 en España).

El coche de Alonso

A priori, no habría mejor elección de equipo con el que participar. Andretti Autosport es una marca consolidada en la IndyCar, y con la incorporación de McLaren serán ya cuatro las estructuras bajo su paraguas en las 500 Millas. Todos ellos corren con motor Honda, que ha resultado vencedor en las dos citas disputadas hasta ahora en 2017. En la edición del pasado año, sin ir más lejos, Alexander Rossi y Carlos Muñoz hicieron doblete con el mismo equipo, mientras que en 2014 también ganaron con Ryan Hunter-Reay.

Una de las más especiales es que el piloto ganador no bebe champán al finalizar la carrera, sino una botella de leche enfundado en una gran corona de flores.

Además, las 500 Millas no se disputan si llueve, pues no existen los neumáticos de agua. El sábado previo a la carrera, pilotos, integrantes de los equipos e incluso famosos participan por las calles de Indianápolis en uno de los desfiles más importantes del año en Estados Unidos. El trofeo es el más antiguo del automovilismo, mide 1,63 metros y nunca lo reciben los ganadores, sino que se guarda en el museo del circuito. A cambio, les dan una réplica de 46 centímetros.

Hasta la fecha, sólo han competido tres pilotos españoles. José Romero, que nació en Cuba, en 1984; Fermín Vélez, en 1996; y Oriol Servià, que ha disputado siete ediciones en la última década y también competirá este año. En 2016, Serviá salió décimo y terminó en 12º posición. Su mejor resultado lo firmó en 2012, cuando finalizó cuarto. Es el mejor resultado de un piloto español en la historia de las Indy 500.

Velocidades de vértigo

Las velocidades vertiginosas que se experimentan en el óvalo son infartantes para cualquier mortal: Ya en 1911 las 74,602 millas por hora de Ray Harroun eran velocidades impensables para la época. Extraoficialmente Arie Luyendyk recorrió las 2,5 millas a un promedio de 384,969 km/hora (239,26 millas/h) en las clasificaciones del 1996. Tom Sneva, fue el primero en superar la barrera de las 200 millas la vuelta en las Clasificaciones en 1977 a un promedio de 200,535 millas la hora. Oficialmente desde 1996 el promedio en carrera de 185,981 millas la hora logrado por Luyendyk no fue batido hasta el año 2013 cuando Tony Kanaan registró 187,433 millas por hora; aunque Eddie Cheever ostenta el récord de vuelta en carrera en 236,103 millas la hora (379,889 km/hora).

El Borg Warner

Es uno de los trofeos más codiciados en el mundo del deporte, que se le otorga al ganador de cada 500 Millas de Indianápolis desde 1936. La iniciativa fue realizada por la empresa Borg Warner Company un año antes y fue presentada en una cena a Eddie Rickenbacker, declarando oficialmente el trofeo como un reto de gloria y tradición para el vencedor del legendario evento. Fabricado en plata, la originalidad de esta obra de arte es que en su superficie están grabados todos los rostros de los ganadores desde la primera edición. Es el trofeo más antiguo en el deporte del motor, incluso Louis Mayer (el primero en recibirlo) lo comparó con la medalla Olímpica. Junto con el Trofeo Borg Warner el ganador recibe un cheque de una cantidad no muy corriente. Emerson Fittipaldi fue el primero en superar la barrera del millón de dólares en 1989. Scout Dixon, en 2008, se embolsó 2.988.055 Dólares.

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