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Elecciones de la Asociación de vendedores y talleres (Ganvam)

Golpe de estado en Ganvam: Renovación o tradición
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Golpe de estado en Ganvam: Renovación o tradición

José San José quiere imponer juventud frente a un grupo trasnochado y tradicionalista

Por Tomás Diaz-Valdés
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viernes 06 de octubre de 2017, 16:43h
Esto de imponer la politica en las asociaciones empresariales es algo que repatea. Es un tema, en su gran mayoría, lejos del conocimiento de quienes sostienen este tipo de entidades, los socios. Siempre existen los perseguidopres del sillón y los que no quieren abandonarlo. Ya saben, "Fulanito de tal, presidente de...! Sin embargo, hay personas que tratan de aportar nuevos aires. Sin embargo, siempre se les pone freno. Esta es la historia de una elecciones al más viejo estilo del presidencialista.

Viene esto a cuento por la candidatura de José San José. Empresario de coches, vendedor y reparado. Es decir, sabe lo que es el sector porque lo ha mamado de siempre. Es la tercera generación del negocio familiar. Además, conoce perfectamente lo que es Ganvam, por que ha sido miembro de la Junta directiva durante 14 años. Ha tenido que soportar y contemplar lo que allí se hacía sin decir esta boca es mía. De contrario. hubiese durado lo que un caramelo en la puerta de colegio.

En estos días he tenido la oportunidad de hablar con él. De conocer su aptitud positiva frente a una asociación conservadora con una tesorería, en metálico, que supera los tres millones de euros. A pesar de ello, Ganvam continúa perdiendo abonados o socios. Más bien lo primero que lo último, porque a estas alturas de la película, mantiene la tradición de no votar. De colocar al mando del poder un hombre que mantenga las mismas normas de las tres últimas décadas.

Vidal de la Peña -el otro aspirante a la presidencia- nunca ha puesto un pie en Ganvam. No ha asistido ni a una junta –porque no era miembro—ni siquiera a su asamblea, ni siquiera a las comidas de Navidad de Ganvam a las que se apunta hasta el gato. Es lo que dice la oposición. Le han metido en un embolado los compañeros de candidatura, pero como le puede la vanidad de aspirar a tener otra presidencia más, aparte de la de Cantabria, Confemetal, etc., pues está lleno de alegría acariciando esa idea. Es el hombre de los tradicionalistas, de los de siempre. No perdonan a José San José, el candidato renovador, que les haya tachado de jubilados y empleados al poder establecido.

De todos modos, el pelotazo está claro. Los antiguos no quieren dar el listado de los miembros con derecho a voto, que son todos los afiliados (Más de seis mil) t se han sacado una lista de 506 inscritos en el censo. Unos votantes que, al parecer, están promovidos por los anteriores dirigentes.

"Tenemos poco por hacer -nos dice el candidato vallisoletano, José San José- Hemos querido informar a todos los socios de nuestra propuesta, pero ha sido imposible. Nos niegan el listado. Estamos buscando apoyo entre los concesionarios y talleres oficiales. Pero muchos han dejado de ser miembros, porque las circunstancias anteriores del Ganvam no protegían sus derechos. Y los que están, quieren cambiar y son con los que contamos"

Sea lo que fuere, hay poco tiempo. El 10 de octubre se celebra la votación en la sede del Ganvam. Solo 506 son los únicos inscritos en el censo. El comité electoral lo componen cinco personas de las que cuatro pertenecen a la candidatura continuista. Y como ahora está de moda la negociación, el dialogo, han intentado dos veces negociar con San José. Que Vidal de la Cuadra fuera el presidente de una única candidatura a cambio de darle plenos poderes a San José como vicepresidente en Ganvam.

Como se puede comprobar, un chanchullo de unos listillo para no perder el sillón. San José no ha tragado. Quiere elecciones. Pero visto lo visto, mucho me temo que con todas estas manipulaciones lo va a tener bastante difícil. Están moviendo todos los resortes para mantenerse ante el empuje del nuevo candidato de la renovación. Incluso, afiliando a Juan Rosell, presidente de la CEOE. Todo, insistimos, para no perder el poder y los tres millones de la caja. Y menos mal que se ha podido parar la revolución interna del Director General, Tomás Herrera y el asesor jurídico, Jaime Barea. Estos son los que dominan la entidad. Los que conocen las interioridades.

Ahora solo queda esperar que acudan a votar el mayor número de socios, después de inscribirse en el censo. Falta poco, pero aquí sí que se necesita un golpe de estado.

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