La decisión se tomó este jueves en medio de la incertidumbre causada por el coronavirus, en una conferencia telefónica mantenida entre los directores de los equipos, los jefes de la F1, Chase Carey y Ross Brawn, y el presidente de la FIA, Jean Todt.
Los jefes de los equipos habían discutido un aplazamiento a principios de esta semana, conscientes de que todos verán afectados sus ingresos al no poder llevarse a cabo la temporada de F1 como estaba prevista y el inevitable efecto que tendrá en la economía mundial la crisis del coronavirus.
Nueve escuderías se pusieron de acuerdo inmediatamente, mientras que Ferrari inicialmente no lo hizo ya que quiso discutir internamente la situación. En la llamada de este jueves se entiende que la Scuderia sí ha apoyado la iniciativa.
En esencia, el plan es mantener las reglas de 2020 una temporada más y congelar componentes como el chasis y la caja de cambios.
El cierre por tres semanas de las fábricas que todos los equipos deberán cumplir en marzo/abril significa que tendrán que detener también cualquier trabajo que puedan haber comenzado para sus coches de 2021.
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