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Fueron desarrollados durante los últimos 30 años

4 prototipos basados en el M3
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4 prototipos basados en el M3

No se comercializaron nunca

Por Motorpoint
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infomotorpointcom/4/4/15
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El año 2016 marca el 30º aniversario de un icono del automovilismo que revolucionó el segmento de los deportivos de tamaño medio cuando se inició su producción en 1986.

BMW Motorsport fue muy rigurosa al utilizar la tecnología de competición en el desarrollo de la primera generación del BMW M3. Sus esfuerzos crearon un auténtico deportivo de alto rendimiento – basado en el modelo de producción BMW Serie 3 – que se adaptaba perfectamente a un uso diario.

El 30º aniversario del BMW M3 ofrece una oportunidad perfecta para echar la vista atrás hacia cuatro interesantes variantes del modelo que, por distintas razones, nunca pasaron de la etapa de prototipo: el BMW M3 Pickup de 1986, el BMW M3Compact de 1996, el BMW M3 Touring de 2000 y la segunda encarnación del BMW M3 Pickup presentado en 2011.

El BMW M3 no fue un intento de producir un deportivo que fuera el buque insignia para un modelo de producción, sino que se originó a partir de la idea de desarrollar un coche de competición que también tuviera disponible una versión de calle. La categoría de competición elegida fue la de los turismos de producción del Grupo A, del Campeonato de Alemania de Turismos (DTM).

La normativa del Grupo A indicaba que para que un coche de competición fuera homologado, debían venderse al menos 5.000 unidades en 12 meses. Tener la oportunidad de desarrollar las versiones de producción y de competición del coche al mismo tiempo ofrecía al equipo de desarrollo una fantástica oportunidad, que aprovecharon al máximo. La cinemática, la suspensión y la amortiguación se crearon a medida de los futuros requisitos de la competición, así como el sistema de frenos, que combinaba el ABS estándar con frenos de disco con ventilación interior delante y bomba de alta presión controlada por motor.

Detalles como el patrón de cambio de la transmisión con la primera en la parte inferior izquierda también daban una indicación clara de la especial inclinación del vehículo por la competición. Además de todo ello, se buscó el máximo ahorro en peso. Mientras el chasis con amplios arcos de rueda estaba fabricado con plancha metálica de forma tradicional, los parachoques delantero y trasero, así como los faldones, la puerta del maletero y el spoiler estaban hechos de plástico, reflejando el compromiso de los ingenieros con la construcción ligera inteligente. Los expertos de BMW Motorsport también modificaron la aerodinámica del coche, con el pilar C del BMW M3 realizada con un ángulo ligeramente menos profundo que el chasis estándar y con una base más ancha. Eso permitía que el flujo del aire se dirigiera hacía el spoiler trasero de forma más efectiva.

Los expertos del departamento de competición usaron el motor de dos litros y cuatro cilindros utilizado en los modelos de producción como base para la unidad BMW M3, ya que el bajo peso de su construcción y su capacidad para conseguir regímenes altos eran los ingredientes perfectos para un motor de competición. Para transformar el tranquilo motor de todos los días en un atleta con credenciales de deportivo, sin embargo, tuvieron que someterlo a una terapia intensa para darle potencia. Primero, aumentaron su capacidad a 2,3 litros y lo modificaron a una configuración de cuatro válvulas. Para ello, el equipo empleó una culata del motor de seis cilindros utilizado en el BMW M1 modificada adecuadamente, cuyas cámaras de combustión tenían exactamente el mismo espacio que las de la unidad de cuatro cilindros. El cigüeñal del BMW M3 se diseñó para ser tan rígido que pudiera aguantar 10.000 revoluciones por minuto y más. El régimen del coche de producción de 6.750 rpm dejaba pues mucho margen para las sucesivas evoluciones de la versión de competición.

El único problema era que el transporte de mercancías no figuraba en la lista de los muchos talentos del BMW M3. No se tardó mucho en remediar la situación al transformar el chasis del BMW Serie 3Cabrio en un BMW M3 Pickup. “El chasis cabrio se escogió como base por dos razones”, recuerda Jakob Polschak, responsable de construcción de prototipos. “En primer lugar, teníamos ese modelo a nuestra disposición y en perfectas condiciones. En segundo, la construcción de cabrio lo convertía en la elección ideal para su conversión a pickup”. El primer BMW M3 Pickup no utilizaba los atrevidos alerones originales, ya que estaba equipado con un chasis más estrecho que su hermano de producción. Al principio llevaba el motor utilizado en el llamado “M3 italiano”, que era de dos litros debido a la normativa fiscal de ese país y una entrega de 192 CV. “Más tarde cambiamos al cuatro cilindros y 2,3 litros original, con 200 caballos”.


Lo mismo ocurrió con el BMW M3 Compact de 1996. La idea en este modelo era presentar a jóvenes clientes, en especial, para que entraran en el mundo de los coches BMW M. “Hasta cierto punto, el M3 Compact puede considerarse el antecesor del BMW M2 actual”, destaca el jefe de taller de BMW M y es fácil ver de dónde saca la comparación. Si hubiera entrado en producción, la potencia del motor del M3 se habría rebajado un poco. Sin embargo, en el prototipo se le permitía entregar sus 321 CV al completo, lo que hacía que fuera fácil impulsar un coche ligero (solamente pesaba 1,3 toneladas).

El prototipo BMW M3 Touring también se materializó porque se estaba considerando un modelo de producción. El M3 Compact estuvo disponible para pruebas de prensa para proyectar una imagen y sondear el interés de los clientes, pero el M3 Touring servía enteramente para objetivos internos. “Este prototipo nos permitió demostrar que, al menos desde un punto de vista puramente técnico, era posible integrar un M3 Touring en la producción del BMW Serie 3 Touring estándar con muy pocas dificultades”, explica Jakob Polschak.

El comunicado oficial publicado el 1 de abril de 2011 no puso las cosas en claro de inmediato, presentando primero el BMW M3 Pickup como la “cuarta variante de chasis” después de la berlina, el coupé y el cabrio, antes de decir: “309 kW/420 CV bajo el capó y una capacidad de carga de 450 kilos sobre el eje trasero llevan la mezcla de competición y practicidad típica de los modelos BMW M a un nuevo nivel”. El coche era 50 kilos más ligero que el cabrio y el techo de 20 kilos podía quitarse para bajar el centro de gravedad y, por tanto, ofrecer una dinámica aún mejor. Al contrario que su predecesor, sin embargo, estaba también homologado para su uso en carretera.

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