Se trata de uno de los SUV híbridos enchufables más asequibles del mercado que además homologa unos consumos irrisorios para un 4x4 de 1.900 kg
Exterior
Tras la actualización que recibió el pasado año, distinguir el Outlander PHEV de sus variantes diésel o gasolina no es sencillo, más allá de las insignias en los laterales y zaga.
A pesar de ello, los numerosos detalles cromados en negro como las llantas o calandra contrastan poderosamente con el color rojo de nuestra unidad, dotándole de un carácter agresivo y deportivo. Los faros LED también ayudan a crear un conjunto muy atractivo visualmente.
El coche en sí es muy grande. No olvidemos que, aunque en esta versión se hayan perdido los dos asientos traseros para dar cabida a las baterías, estamos ante un vehículo de 7 plazas.
Interior
Si en el exterior los cambios son más que notables respecto a la generación anterior, el interior ha variado poco. Es cierto que los materiales han mejorado en calidad, como los asientos de cuero, pero sigue teniendo un diseño muy anodino.
Mención especial para la pantalla táctil. A pesar de estar integrada en el salpicadero, no encaja con la armonía del conjunto. La visibilidad no es óptima y si vamos usando Apple Carplay por ejemplo, no podremos ver la hora desde el puesto del conductor.
Su GPS parece diseñado por el mismísimo Yoda, ofreciendo las indicaciones en un castellano incoherente. Pero al menos ofrece la opción de visualizar la pantalla del móvil en el salpicadero. Además, la numerosa información que ofrece acerca de las baterías es poco intuitiva y difícil de entender. Es cierto que para escuchar música y poner la radio es más que suficiente pero dado el elevado componente tecnológico que tiene el PHEV, deberían haber optado por una opción mejor.
" El espacio interior en las plazas traseras no es especialmente amplio, ya que las baterías nos obligan a llevar los pies bastante altos. Aún así, el coche cuenta con numerosos huecos portaobjetos y todos los asientos tienen muchas opciones de regulación "
La visibilidad es otro de los puntos fuertes del Outlander. Es fácil encontrar la posición de conducción óptima y gracias a unos grandes retrovisores será fácil movernos entre la salvaje jungla urbana.
Al volante
Arrancar el coche es toda una experiencia sensorial. Al apretar el botón de inicio no sucede absolutamente nada que nos indique que el coche está arrancado. Pero tocando el acelerador el coche se empieza a mover, milagrosamente. Pasarán varios días hasta que nos acostumbremos a este proceso pero una vez hecho, enamora.
Mover una mole de 4,7 metros y 1.900 kg de forma más silenciosa que una bicicleta es casi mágico, pero tambien peligroso. Más de un peatón se ha dado un susto al girar la cabeza y ver el coche a escasos centímetros del paso de cebra.
Recordemos que posee tres motores: un 2.0 de gasolina de 121 CV, uno eléctrico de 82 CV en el eje delantero y otro idéntico en el eje trasero. En total, su potencia combinada es de 203 CV pero lo importante es que su par combinado desde 0 rpm sorprende al salir desde parado. Obviamente no es comparble con un Tesla o un Smart eléctrico pero sí muy similar a un 3.0 tdi de 270 CV (según la propia marca).
La transmisión es automática por variación de fase sobre los motores eléctricos y su comportamiento recuerda al de una caja CVT. Suponemos que la marca a optado por ella por su eficiencia pero respecto a sonido y sensaciones deja mucho que desear.
Una vez claro todo esto, analizamos los modos de conducción:
- EV: Modo eléctrico puro, tiene 53 km de autonomía y el motor de gasolina permanece apagado. Útil para circular por ciudad.
- Charge: Los motores eléctricos mueven el coche y el de gasolina regenera las baterías. Útil para situaciones de baja carga de batería.
- Save: Se prioriza el motor de combustión. Útil para trayectos en carretera previos a trayectos urbanos en los cuáles queremos ahorrar batería para cuando lleguemos.
-Normal: Modo por defecto. El propio coche gestiona inteligentemente los motores en función de la conducción.
Todo ello es combinable con el modo 4x4, que mantiene activado el eje trasero y está diseñado para situaciones de baja adherencia o máxima efectividad.
Luego se puede optar por recargas rápidas o lentas, a gusto del consumidor. Serán 5 horas (en una toma convencional de 230 V y 10 A) o bien 30 minutos (para el 80 % del total).
En general, el Outlander es un coche muy capaz dinámicamente.
" Puede desenvolverse bien en cualquier situación y el confort de marcha en viajes es propio de una categoría superior gracias al excelente trabajo que ha hecho Mitsubishi con el aislamiento acústico "
El consumo real ronda los 7-8 l/100km, pero la gente que se plantee este coche debería contar con un enchufe en su garaje y utilizar el motor de combustión en ocasiones contadas como viajes o trayectos más largos, sino, carecería de sentido su compra.
Conclusión
El Mitsubishi Outlander PHEV es una de las opciones enchufables más acertadas del mercado. Obviando algunos detalles de su interior, es un coche atractivo y grande, capaz de desenvolverse bien en cualquier condición y con un aislamiento acústico excelente. Es cierto que por las caracteríticas que tiene y la falta de puntos de recarga será necesario disponer de un enchufe en el garaje. Pero contando con él y dados los buenos descuentos que ofrece la marca actualmente sobre el modelo es una muy buena opción de compra.
Si (
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