Un nuevo récord para los comentaristas estadísticos de Movistar TV. Por cierto, se salva gracias a la intervención de algunos técnicos de los diferentes equipos. Eso sí, poca crítica y demasiada vaselina para sus formaciones. Hay que aprovechar, evidentemente. Es una pena que no dispongan de un histórico que cuente anécdotas de otros tiempos. Las motos han cambiado y mucho. El problema es grave, porque de seguir con estas tecnologías va a convertirse en la F-1.
La esencia de las motos es la igualdad mecánica. Entre una máquina buena y otra menos buena, hay diferencias medias de dos décimas, incluso tres por vuelta. En la F-1 la diferencia entre un Mercedes y un Ferrari es de casi un segundo o más. Por lo tanto, si entre un piloto buenísimo y uno buenos es de dos décimas de segundo, no hay nada que hacer. Es lo que le pasa a Alonso, esta con un coche que es segundo y medio más lento que el mejor. Por mucho que ponga de su parte, no puede equilibrar la diferencia mecánica.
Afortunadamente, al menos por ahora, en MotoGP hay más igualdad mecánica. Una décima incluso do las puede equilibrar el piloto. Sin embargo, la aplicación de las nuevas tecnologías puede llevarnos a la senda de la F-1. Esto sería un desastre. Lo saben en Dorna y están frenando con un reglamento apropiado esa evolución. Es la esencia del motociclismo y la belleza del cuerpo a cuerpo. El nivel en la igualdad –o casi- de fuerzas mecánicas marca la espectacularidad de la competición.