Nico Rosberg y Mercedes demostraron en el veloz circuito de Bakú su diferencia con el resto con dos vueltas perfectas.
Las características del trazado del GP de Europa eran, para todos, las mejores para el carácter y el talento de Hamilton, pero los tiempos que iba marcando su compañero, Nico Rosberg, hicieron que el inglés arriesgara mucho más de lo que en él es habitual. La Q2 y, sobre todo, la Q3 fueron un tormento para Hamilton, con demasiadas pasadas de frenada. Se ceñía tanto a los muros del trazado que, ya al final, en su último intento, rozó uno de ellos con su rueda trasera izquierda que le llevó a ocupar la última posición de esta Q3.Pero como no hay mal que por bien no venga, mañana nos va a permitir ver un espectáculo en la segura remontada del inglés.
En segunda posición quedó un excepcional Sergio Pérez, que esta temporada está demostrando que no quiere segundón en en su equipo, siempre doblegado por su compañero Hulkemberg. Desgraciadamente para él, a causa del golpe que se dio en los Libres del viernes, tuvo que sustituir la caja de cambios perdiendo cinco puestos. Aunque la gran sorpresa fue la de Ricciardo, por delante de los Ferrari, a pesar de tener un monoplaza más lento que los de Maranello. Por cierto, los coches rojos siguen sin dar con la tecla y su mediocre temporada ya es un clamor en Italia. Y no se ve que vayan a reducir su desventaja con Mercedes, como Arrivabene se llenó la boca al comienzo de la temporada.
Ni Carlos Sainz, ni Fernando Alonso consiguieron entrar en la Q3, quedando muy juntos en la Q2, aunque Fernando podía haber progresado algo más si no llega a ser por el tráfico. Pero este Gran Premio sigue siendo una incógnita. Aunque sólo se pronostica una sola parada, hay muchas posibilidades de toques con los muros y es muy probable la salida del Safety Car en ás de una ocasión que puede ser positivo para algunos y negativo para otros. Y más teniendo en cuenta las dificultades que hay en este circuito para retirar los coches.
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