Vivimos una época en la que la preocupación por el medioambiente y la sostenibilidad se ha convertido en un asunto trascendental para empresas y gobiernos.
Reducir las emisiones de CO2 es uno de los principales objetivos en las estrategias medioambientales de todas organizaciones, lo cual supone a la vez un importante reto.
En primer lugar, se necesita tener un buen conocimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero y todas sus complejidades. Esto nos lleva a conocer los tres grupos o alcances en los que se clasifican las emisiones.
Las emisiones de alcance 3 son las indirectas, aquellas que se producen como consecuencia de las actividades de una organización, pero que están fuera de su control. Sobre esto ahondaremos a continuación.
Según la herramienta de cómputo internacional más utilizada, el Protocolo de gases de efecto invernadero (GEI), las emisiones de gases de efecto invernadero se clasifican en tres grupos o alcances.
- El alcance 1 cubre las emisiones directas de fuentes propias o controladas.- Combustión de combustibles
- Vehículos de empresa
- Emisiones fugitivas
- Electricidad comprada, calefacción y vapor
- Productos y servicios comprados
- Viajes de negocios
Cuando se trata de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 3 en una empresa de rutas de camión de larga distancia (y de cualquier sector), los responsables de la cadena de suministro se enfrentan a una tarea ingente.
Como hemos señalado antes, las emisiones de alcance 3 son aquellas que se producen como consecuencia de las actividades de una organización, pero que están fuera de su control.
Sin embargo, representan entre el 65% y el 95% del impacto del carbono de la mayoría de las compañías, por lo que omitirlas significa desaprovechar una buena oportunidad de reducir costes y mejorar el medioambiente.
Evaluar y hacer seguimiento de esas emisiones puede parecer, en principio, una labor extremadamente compleja. No obstante, tener una fotografía del impacto que produce la actividad de una empresa facilitará la detección de las mejoras que hay que priorizar.
Una buena estrategia para reducir las emisiones de alcance 3 ayuda a identificar y conseguir reducciones significativas en aquellas partes de la cadena de valor de una organización que generan más emisiones, lo que se conoce como "puntos calientes". Identificar esos puntos es clave para mejorar la eficiencia.
Comunicar las emisiones de alcance 3 permite a una empresa satisfacer todas las demandas de sus inversores, proveedores e inquilinos.
Pero, para conseguirlo, necesitan información precisa que les permita tomar decisiones complejas. A este punto, conviene subrayar que no es obligatorio comunicar las emisiones del grupo 3, pero hacerlo es mucho más beneficioso, tanto para la empresa como para el medioambiente.
Las emisiones de alcance 3 son las más importantes y las más difíciles de controlar, ya que escapan al control directo de una empresa, como hemos visto, aunque no por ello deja de estar bajo su responsabilidad.
Plantear medidas para reducir esas emisiones indirectas suponen un tremendo reto.
El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero facilita el uso de promedios de la industria, así como aproximaciones y otras fuentes para calcular sus emisiones de alcance 3. También hay información útil en la Agencia Internacional de la Energía y en varios organismos gubernamentales.
Los principales desafíos del cálculo de las emisiones alcance 3 son los siguientes: