Roberto Merhi fue requerido por el equipo Rapax para cubrir el espacio que dejaba otro español, Sergio Canamasas. Apenas le dio tiempo para hacer la maleta y coger el avión rumbo a Bélgica. Sólo se había montado en un monoplaza de F2 al principio de la temporada en el equipo de Adrián Campos.
Y no es fácil hacerse con el dominio de este monoplaza. Roberto ha demostrado que es un piloto top. Llevaba un tiempo sin competir y aceptó de buena gana este compromiso en un equipo que no conocía y que no era de los mejores de la parrilla.
Podía haber mejorado en las dos carreras, pero falló en las dos en algo en lo que es especialista, en las salidas. Se notó su falta de experiencia en la categoría. Pero supo mantenerse en los puestos de privilegio, después de unos entrenamientos desalentadores el viernes.
Lástima que Merhi, siempre uno de los pilotos con más futuro, no hubiera entrado mucho antes, hace años, en la GP2 para seguir su progresión. Había ganado en las fórmulas inferiores, pero la falta de apoyo y su equivocación, a nuestro juicio, de seguir con Mercedes en el DTM, le privó de reafirmar su talento. Pero él quería competir y los alemanes le ofrecieron un contrato profesional.
En cualquier caso, siempre que ha podido, en F1 y Prototipos con Manor, o este fin de semana en Spa, ha demostrado que tiene madera de campeón. 7º el sábado y sexto hoy son resultados al alcance de muy pocos.