Bernie ha dicho lo que sentía y lo que sienten casi todos los seguidores de la F1. Esta F1 no hay quien la entienda y, además, ha perdido casi toda su espectacularidad. De acuerdo con Jean Todt, Presidente de la FIA, lleva proponiendo nuevos motores/cliente menos sofisticados que los actuales y mucho más baratos para los equipos más modestos, pero que igualen las prestaciones con los actuales y hagan más ruido, una de las características de siempre en la historia de la F1. Los tapones para los oídos eran obligatorios.
En contra de estos motores han estado siempre enfrente Mercedes y Ferrari, quienes, por otra parte, ofrecen y venden sus motores a otros equipos, pero con las especificaciones del año anterior. No pueden tolerar que otros les ganen con sus propulsores. Es cierto que ellos han trabajado muy duro y han gastado mucho dinero, pero el resultado ya lo estamos viendo. De hecho, de cara al próximo año, sólo se ve a Ferrari como posible discutidor de victorias al equipo alemán y eso si consiguen trabajar positivamente este invierno y consiguen rebajar las décimas que siempre les han sacado Mercedes. Vettel se ha convertido en el eterno tercero, siempre pilotando en tierra de nadie, sin posibilidad de acercarse a Hamilton o Rosberg, pero también alejado del cuarto.
Ecclestone hace alusión a Fernando Alonso cuando dice que “no es posible ver a un bicampeón del mundo arrastrarse en las últimas posiciones de la parrilla”. También comenta que “los espectadores que van a los circuitos no entienden nada. ¿Cómo es posible calificar tercero y salir decimotercero por un cambio de motor o de caja de cambios?”
Luego viene el lío con los neumáticos, algo que tampoco nadie entiende, ni siquiera los equipos y, mucho menos, los espectadores si nadie les explica que neumático usan los coches si nadie les explica el código de colores. Pero este es otro tema en el que entraremos. Muchos añoran los años de competencia Brigestone y Michelin.
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