Vaya por delante que esta información no es un publireportaje, tan habituales ahora en las revistas especializadas del motor. Viene esto a cuento para centrar la historia con el titular de esta noticia: En el año 2004, un directivo de Mercedes, buen amigo, me convenció para cambiar mi Lexus GS 300 (70.000 kms.). Me lo tasaron por encima de la media y me hicieron un precio considerable por el nuevo, entonces, un Mercedes Clase E 320 CLD, que vendí el pasado año con 80.000 kms recorridos. El tema era tentador. Lo acepté
Fue un mal cambio. Lo digo con sinceridad. Era la época en la que la marca de la estrella había dejado de tener la calidad que la destacaba. Y lo sufrí. Fue, sin duda, el coche que me dio más problemas: sustitución de la caja de cambios en dos ocasiones (12.000 kms) y cambió el sistema de climatización por olores diversos. Los años siguientes, sin problemas. Cambiaron la filosofía de la marca y se centraron en mejorar la calidad, pieza fundamental en este tipo de vehículos de alta gama.
Pueden preguntarse porque cuento esta historia, poco habitual entre los informadores del motor. Por una sola razón. Porque estoy harto de leer, escuchar y ver que en, este mundo, casi todo es bueno. Y no es así. En la mejor casa cuecen habas, como dice el refranero español.
Ahora al segmento de los coches de alta gama, prestigio o Premium”, como quieran llamarlo, se han sumado nuevas marcas con la misma filosofía: ofrecer calidad. Me refiero a marcas de volumen, no a marcas especiales con productos exclusivos.
El prestigio Lexus
Hace unos días, Lexus nos invitó a ver un documental de 54 minutos (Pueden verlos en desde esta misma página). Querían mostrar que la calidad no es solo la aplicación de las últimas tecnologías. Requiere, como siempre, el toque final humano. Algo que dificilmente puede comprobarse con la robótica. Me refiero a la calidad visual. El control personal del producto terminado. Un tema que los fabricantes de automóviles están perdiendo.
La película habla de diferentes trabajos de la vida, de la emoción que produce la obra bien acabada. Son sensaciones muy delicadas. Al final, trata de sus productos y la adaptación de lo que llaman en Japón “Takumis”. Son artesanos con 25 años de experiencia y 60.000 horas de dedicación a la revisión de la obra bien hecha.
Tras ver la aplicación del trabajo de los “Takumi”, entiendo que, en 8 años consecutivos, Lexus haya logrado el máximo galardón a la calidad y fiabilidad, JD Power (USA), amén de otros galardones similares a nivel global. Durante siete años he sido testigo directo y participe de los méritos de este galardón. Incluso, contribuí que muchos de mis amigos cambiaran de marca por Lexus. Ahora se han fidelizado con la misma. Akio Toyoda, hijo del fundador de la marca Hiichido Toyoda, presidente de Toyota, ha centrado en Lexus la fabricación del coche excelente: “Se trata de fabricar vehículos de calidad con una presentación fantástica, un interior magnífico y unas sensaciones de conducción excepcionales”
Este es el motivo de llevar más de seis años de crecimiento pasando de 1.930 unidades matriculadas en el 2011 a casi 10.000 en el año que acaba de terminar. En la actualidad, los Lexus son los coches que gozan del mayor prestigio entre los vehículos propulsados únicamente por motores híbridos con auto-recarga.
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