El Gobierno ha tomado una decisión drástica para frenar el aumento de accidentes que se está detectando en las ciudades. El Ejecutivo limitará a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima a la que pueden circular todos los vehículos en las calles con un solo carril por cada sentido de la marcha, e incluso a 20 km/h en las vías en las que no hay una diferencia clara entre la acera y la calzada.
Solo se mantendrá el límite actual de 50 kilómetros por hora en las vías que tengan dos o más carriles por sentido. “Damos un paso más para construir ciudades más humanas y más sostenibles”, ha señalado el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, en la conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros de este martes.
Estas medidas no se aplicarán hasta dentro de seis meses, pero son definitivas. “Las víctimas mortales en el ámbito urbano han crecido un 6%”, ha asegurado el ministro para justificar esta decisión. Por el contrario, se sigue reduciendo la siniestralidad fuera de las ciudades.
El Gobierno prohíbe definitivamente que los patinetes eléctricos puedan circular por la acera, algo que ya habían hecho varias ciudades, y endurece el reglamento del carné por puntos. Se aumentan los puntos a detraer en las infracciones con más riesgo de accidente.
Por ejemplo, el uso manual del teléfono móvil pasa de restar tres a seis puntos. “Desde 2016 las distracciones son la primera causa de accidentes”, ha explicado Grande Marlaska, que ha señalado que ahora el uso del WhatsApp en el coche es una de las principales causas de accidentes.
No utilizar el cinturón de seguridad o el casco en las motos pasa a costar de tres a cuatro puntos. Estos no se podrán recuperar hasta que pasen dos años sin cometer infracciones, sea cual sea la gravedad de la infracción.
Además se suprime la posibilidad de que turismos y motocicletas puedan rebasar en 20 km/h los límites de velocidad en las carreteras convencionales cuando adelanten a otros vehículos, algo que, según el ministro, ya habían eliminado otros países europeos.
Llevar instalados en el vehículo, y no solo utilizar como hasta ahora, mecanismos de detección de radares supondrá una sanción de 500 euros y la pérdida de tres puntos.