Leyendo y viendo lo que se está escribiendo -y lo que se escribirá- sobre el altercado entre Valentino Rossi y Marc Márquez, no es la primera vez que sucede un hecho parecido. Está en la historia de este deporte. Es la esencia de esta espectacular disciplina. Siempre ha existido y, espero, que siga existiendo. Se corría en circuito con un diez por ciento de la seguridad de los actuales. No había controladores de estabilidad y de tracción. Con un juego de neumáticos se participaban en dos o más carreras. Nadie decía nada. Era una parte intrínseca en el riesgo de esta faceta deportiva.
He escuchado una y otra vez las declaraciones de Rossi. Muy fuertes, por cierto. Pero ¿qué hacía él cuando tenía 25 años? Lo mismo. Y está donde está gracias a esas genialidades. A salir airoso de situaciones peligrosas, de riesgo. Porque para adelantar como lo hacía él, y lo hace Márquez, hay que tener ese genio especial que sólo tienen muy pocos. Son los que yo siempre he llamado super. Algunos, en aquellas condiciones y por esa hambre de triunfo, dejaron su vida en aquellos peligrosos circuitos de medio mundo. Recuerdo a nuestro añorado Santiago Herrero y Ramón Torras, Jarno Saarinen.., eran auténticos fuera de serie, Se quedaron a medio camino. Eran otros tiempos.
Que esté cabreado Rossi es lo normal. Sobre todo, cuando se llega a una edad y se pierde el fuelle de la agresividad. Un factor que sólo tienen muy pocos cuando se pasa de los veinticinco años. Rossi lo ha tenido y, creo, todavía lo tiene, a pesar de los años. Pero cuando se encuentra una fiera desenjaulada con un hambre de ganar, como el de Márquez…¡Ay amigos, con la iglesia hemos topado! Es normal cuando se ha ganado todo, venga un “niño” y le humille de esa manera. Con diez años menos, el italiano habría hecho lo mismo. como hemos dicho antes.
Soy un admirador de Valentino Rossi. Le respeto como el que más. Por que llegar a la edad que tiene y montar en moto como el lo hace, no recuerdo a nadie en la historia de este deporte. Ni siquiera a Nieto, que llegó a los 36 años y dijo: "¿Qué hago yo aquí?". Y se fue. Estoy seguro que si el “doce más uno” siguiera entre nosotros, tan admirador de Rossi como era, no estaría de acuerdo con él.
Es duro cuando se ha sido el mejor y miras hacia atrás. Reconocer que los años no pasan en balde. Sobre todo, cuando hay un piloto, Marc Márquez, ha roto la norma. Es un ser especial, diferente. Me decía la madre de Márquez, hace un año más o menos, que a su hijo no le gustaba perder ni al “parchis”.
Cuando un deporte cuya esencia son los adelantamientos, no puede frenarse su proyección por un hecho de este tipo. Se acabaría este deporte. Es como si en la fiesta de los toros quitaran los cuernos a la fiera. El motociclismo tiene ese encanto que no tiene la F1, por poner un ejemplo más cercano, el de los adelantamientos. A mi me gustaría montar en moto como lo hacía cuando tenía treinta años, pero, ahora, tengo que buscar un bordillo para subirme a la moto y asegurar la posición con el caballete. Los años pasan factura, no son gratuitos.
Y si de verdad, que no melo creo, tiene miedo a correr con Márquez, que se dedique a sus negocios de merchandasing. O. como dice mi amigo Agostini, que vaya a trabajar a un banco
Si (
No(
