Mercedes-Benz ha dado un paso audaz hacia el futuro con la presentación de su nuevo modelo eléctrico, el GLC, que redefine los estándares del diseño automotriz. Este vehículo no solo representa una evolución técnica, sino también un cambio significativo en la estética de la marca, destacando elementos icónicos que han marcado su historia.
En esta nueva era, la marca alemana ha reinterpretado uno de sus componentes más emblemáticos: la parrilla frontal. Esta versión renovada presenta un marco cromado, una estructura de rejilla con apariencia de vidrio ahumado y una iluminación contorneada integrada, todo ello en línea con la filosofía de diseño conocida como Sensual Purity.
Un diseño que trasciende generaciones
La parrilla del GLC se erige como un símbolo visual del ADN de Mercedes-Benz, evolucionando desde sus proporciones verticales originales hasta una arquitectura horizontal más compleja en modelos recientes. Este componente ha adornado millones de vehículos a lo largo de más de un siglo y es recordado por icónicas versiones como el Mercedes-Benz 600 Pullman y el S-Class.
El nuevo GLC no solo mantiene la esencia histórica de la marca; su parrilla se convierte en una obra iluminada que comunica prestigio y estatus a través de líneas limpias y tecnología avanzada. Con tres características principales —un amplio marco cromado, una estructura de rejilla con efecto vidrio ahumado y una iluminación contorneada— este modelo promete captar todas las miradas. La opción de iluminación incluye 942 puntos retroiluminados que pueden incluso animarse, dando vida al GLC eléctrico.