Volkswagen Beetle

     Fue un encargo del fabricante e las motocicletsas Zündapp, quién le encargo el prototipo "Tipus 12". Dos años se encontraba toalmente arruinado. Fue en tonces cuando Adolf Hitler le encargó el proyecto del famoso "escarabajo". Porsche viajó a Berlin con sus planos debajo del brazo y se reunió con el entonces canciller de Alemania encargandole el "Volksauto" (coche del pueblo), que nació en 1935

          La segunda generación llegó después de décadas, bajo la denominación "New Beetle". Su éxito no fue el esperado, ya que se destinó a un público joven y no termino de cuajar en el mercado como se esperaba. En la tercera generación, la actual, el diseño se ha actualizado aunque siguiendo la misma base que en la generación antes mencionada, aunque en este caso se perfila como un compacto coupé de dos puertas, ya que sus rasgos son más afilados, así como la caída en el pilar C posterior y en los grupos ópticos, cuyo diseño es más innovador, acorde con los últimos diseños vistos en otros modelos de la firma alemana.
Para esta ocasión, la motorización y el modelo probado es el más económico de la gama Beetle. Cuenta con un propulsor 1.2 c.c turboalimentado que desarrolla 105 CV. Este motor de gasolina destaca por cumplir un gasto de combustible realmente bajo, más propio de una motorización diésel. Su nivel prestacional no es malo. Resulta un coche eficaz para movernos en el día a día

           En marcha mantiene un comportamiento muy bueno. No es ruidoso, algo en lo que la firma alemana ha trabajado muy bien para corregir esa sonoridad a "tractor" que antes se acusaba a los motores TDI. Por otro lado se ha ganado puntos en confort con el cambio a la geometría variable, dejando a un lado "la patada" propia de los bomba inyector de hace unos años. Ahora la aceleración, y las recuperaciones son menos toscas y más agradables, debido a la mejora en la suavidad.
La estabilidad resulta muy eficaz en todo momento. Esto quiere decir que sujeta el coche a la perfección, pese a que su Cx (coeficiente de gravedad) no sea el mejor posicionado del segmento, los balanceos son prácticamente inapreciables, con la posibilidad de mantener una conducción alegre y divertida, o bien conducir de forma suave y tranquila. Esto es algo que ya sucede en su hermano mayor, el Passat.

Interior

.::. Al introducirnos en el habitáculo, no encontramos diferencias en relación a un Golf normal. Es decir, el salpicadero o la pantalla de la consola central son idénticas, sin encontrar ningún tipo de diferencia, a no ser que miremos hacia el techo.

       La postura de conducción es algo peculiar. Para poder ofrecer una altura adecuada, la posición del conductor es algo baja, dando aspecto de deportivo más que de un compacto cabrio. Eso sí, es un factor que depende de gustos, pues el único pero, es que si deseamos aumentar esa altura, podría incomodarnos el techo de lona en la cabeza. Ahora bien, ambas plazas delanteras son espaciosas, y recogen muy bien el cuerpo, lo que favorece al confort en diferentes circunstancias.
Como ya es costumbre en Volkswagen, los acabados son de primera calidad, en eso pocos son los rivales en hacer sombra al Golf. Las terminaciones en la consola central, o en la botonería son de un nivel muy alto, impropios del segmento C (compacto).
Encontramos alguna que otra incomodidad en las plazas posteriores, pues solo ofrece dos para adultos, y su espacio es algo reducido. Esto es algo normal, pues las características del coche son éstas, y sin embargo no es el cabrio más incómodo. A la hora de acceder a dichas plazas, la acción nos puede resultar algo complicada, pero no más que un común vehículo tres puertas.

      El maletero tiene un volumen de 250 litros, ya sea con la capota en posición, o bien escamoteada. Ofrece un volumen dentro de la media de los de su segmento, eso sí, la boca para acceder a éste es bastante estrecha, y dificultosa si necesitamos cargar grandes bultos.