En la historia de este certamen automovilístico nunca se había contemplado tanta decepción. No solo en numero de firmas expositoras, sino en novedades, afluencia de medios de comunicación. La tónica general es lamentable. El sector, como se demuestra en este Salón, modélico en otros tiempos, es desolador. Las únicas marcas que han hecho un esfuerzo extraordinario han sido las del grupo Audi-VW, a excepción de Skoda. Seat ha sido el stand más sobresaliente; quizás, porque esta marca, esta ubicada en Barcelona. Le siguen en importancia Renault, que aprovecha la ocasión para el nuevo Captur.
En efecto, la situación de crisis por la que atraviesa el sector, se ve claramente reflejada en este Salón de Barcelona. Un certamen que ha estado a punto de suspenderse por la falta de atención de las marcas de automóviles. Solo una mínima parte de ellas, gracias a la presión política ejercida sobre las mismas, han salvado el Salón. Tanto es así, que la propia Generalidad de Cataluña ha pedido al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que inaugurase el certamen y mantener un encuentro con los dirigentes del sector. Una industria que da empleo a más del diez por ciento de la población activa de este sector. No es la primera vez que lo contamos, pero este tipo de certamen tenían su interés cuando las marcas de coches aprovechaban este acontecimiento para presentar sus nuevos modelos. Actualmente, incluso desde hace años, cuando todavía no se habían generalizado las nuevas tecnologías en comunicación, las marcas prefieren presentar sus novedades de forma individual. Sin tener que compartir con sus adversarios la atención de los medios y, en definitiva, del publico comprador. Por lo tanto, ahora más que presentaciones, se ha convertido en "rastrillos" para vendedores. El hecho de tener agrupadas a todas las marcas en un mismo área, permite al comprador comparar en vivo y en directo el modelo que quieren comprar. De esta manera, no cabe realizar esfuerzos en decoración. En muchos casos, esta presencia, supone un desembolso cercano a los dos millones de euros; es decir, más de 300 millones de las antiguas pesetas. Con ese dinero, pueden tener presencia en todos los medios especializados en papel e interactivos de Internet todo un año, alcanzando unas cotas de difusión inimaginables. A pesar de que la organización ha invitado a los medios pagando el desplazamiento y el hotel, han sido bastantes los que no han acudido. Y todo, por las circunstancias actuales. Estos salones sirven para concentrar en un mismo día y en un mismo lugar a los dirigentes del sector. Algo que aprovechamos todos los medios para relaciones publicas. Esta es la realidad. En este certamen, pocos contactos; si encima lo presentado no supone novedad alguna, los presupuestos publicitarios están bajo mínimos, sobra cualquier comentario. Más que un Salón del Automóvil podemos decir que se trata de un Salón de las Lamentaciones. La pregunta más generalizada ha sido la siguiente: ¿Cuanto va a durar la crisis?
Si (
No(
