Alonso, siempre sonriente, contestó como suele ser habitual en él a todas las preguntas: con un tanto de sorna y no diciendo prácticamente nada. En definitiva ha hecho labor de equipo y lo único diferente de todo lo que hemos escuchado en este último mes es que el viento no tuvo nada que ver y que fue la dirección, que se le bloqueó hacia la derecha, la causante del percance.
También quiso desmentir que hubiera perdido el conocimiento y que se despertara hablando italiano o con su memoria dañada. En definitiva, poco más ha revelado sobre su accidente, subrayando que el equipo no podía haber notado ninguna anomalía y que han preparado nuevos sensores en el monoplaza para detectar problemas como el que el tuvo.
Nada que reprochar al equipo, leve desmentido sobre la información que facilitó McLaren y, de nuevo, labor de equipo. Eso sí, dijo que estaba muy feliz y con muchas ganas de progresar en esta nueva etapa. Desgraciadamente las incógnitas seguirán ahí y por nuestra parte dejamos el tema para siempre porque ya resulta hasta aburrido.