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La polémica Márquez&Rossi

Los números no mienten
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Los números no mienten

Márquez ralentizó el ritmo de Rossi

Por Tomás Diaz-Valdés
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martes 27 de octubre de 2015, 09:17h

No trato de ser abogado del diablo. Dios me libre. Pero las matemáticas no mienten. Como muy bien ha declarado el director del Gran Premio de Malasia, la culpa la tienen los pilotos involucrados. Hemos leído de todo y para todos. Las redes sociales han explotado con este tema tan candente. Sin embargo, la realidad es la que es. Los números son el juez inapelable, aunque pueden hacerse conjeturas de todo tipo.

Manifiesta Marc Márquez que se quedó con Rossi para poner los neumáticos en condiciones y atacar a la cabeza. En la segunda vuelta –pueden comprobarlo en la tabla- marca su mejor tiempo en 2:00,6 (hemos reducido la milésimas a décimas para mayor claridad de los lectores). ¿Que necesidad tenía de ralentizar en la vuelta siguiente casi dos segundos y ponerse a luchar con Rossi? Los neumáticos estaban perfectos. Y si se fijan en los tiempos de Márquez en las diez vueltas de la previa de calentamiento, ha sido el único que ha conseguido realizar cinco vueltas por debajo del 2:01. Pedrosa solo hizo una, mientras que Lorenzo y Rossi consiguieron bajar ese tiempo en tres ocasiones.

Cómo pueden comprobar en la tabla de tiempos oficiales de las siete primeras vueltas, Márquez, con su duelo particular con Rossi, consiguió ralentizar el ritmo dejando que Pedrosa y Lorenzo se distanciaran casi tres segundos, cinco cuando sufrió la caída.

Esto lo sabía Valentino Rossi, porque lo había sufrido en la anterior carrera. También sabía que cuando estuvieran a cinco o seis segundos de los primeros, Márquez sacaría el hacha de guerra y cambiaría su ritmo de 2:00 para dar alcance a los primeros incluso ganar.

Esto solo puede hacerlo un superclase, un fenómeno como Márquez. Conocía perfectamente que en 2:00 no podría seguirle Rossi. Suponemos que era consciente de ello. De esta forma mataba dos pájaros de un tiro: ganar y ayudar a Lorenzo. Sin embargo, no se esperaba la reacción de Rossi, cuando una o dos vueltas antes le había advertido que dejase de jugar. Márquez no tenía nada que perder y si mucho que incordiar. Son los celos de los grandes, de los superclase. Batir a Rossi en estas circunstancias en un hito en su carrera. Esta era, suponemos, su estrategia, como lo demuestran los números. Y como dijo aquél, las matemáticas no mienten.

Casos similares se han vivido en este espectacular deporte. Entonces no había cámaras, como ahora. Ni tablas de tiempos de vuelta a vuelta para analizar cada carrera. Solo unos pocos disponíamos de un ordenador con un programa de cronometraje para aclarar los engaños y disculpas de los pilotos.

Me acuerdo cuando Nieto hizo ralentizar la carrera para dar el triunfo a Reggiani en Imola. Como cuando Cardús decía que no podía ganar porque los neumáticos se habían gastado. Se jugaba el Titulo Mundial. Sin embargo, sus vueltas más rápidas fueron las ultimas (¿?)

Es lamentable esta situación entre Rossi y Márquez. Dos fenómenos, dos figuras irrepetibles. Dos pilotos que se salen de la norma, con hambre de triunfo. Con una personalidad de impresión. Tienen un ego insuperable. En personajes de este tipo es casi normal que se produzcan hechos así. Ninguno cede ante el otro. Son los mejores. El cariño se ha convertido en odio. Pienso que este paréntesis las aguas vuelvan a su cauce. Que gane Márquez, porque puede hacerlo, y deje a los demás tranquilos en su lucha por el titulo. No es de extrañar que ante tanta critica poco justificable, Rossi se plantea no salir en Valencia. Un piloto que es historia de este deporte debe salir por la puerta grande.

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