El "adios" de Luis Porro

Hoy se nos va un año. El de el "millón de coches vendidos". Sin embargo, es un año triste para los que hacemos información del motor. Anteayer, sin ir mas lejos, recibimos una entrañable carta de un buen amigo, Luis Porro. La esperábamos, porque la rumorología es el denominador común de esta profesión. Intuíamos que algo pasaba. Sus relaciones habían cambiado desde hacía tiempo. Pero dada su caballerosidad, prefería callar.

Recuerdo cuando Alfredo Villa, director General de Citroén entonces, anunció su nombramiento como Director de Comunicación de la marca tras la marcha de Begoña Ruiz. Era un reconocimiento al trabajo de muchos años como segundo de ese departamento. Todos los profesionales que conocíamos la labor de Luis Porro aplaudimos la decisión y le felicitamos por ello. Se había compensado su extraordinario trabajo de dedicación durante cerca de treinta años a una marca que gozaba de la simpatía de la gran mayoría de los informadores del automóvil.

Su etapa a la sombra de Magda Salarich y "Kuko" Gutierrez y Zumel fueron muy enriquecedores en su trato con los medios de comunicación. Esto incremento su experiencia hasta llegar a ese nombramiento que aludimos. Sin embargo poco iba a durar su alegría, cuando el Grupo PSA reestructura su organización y nombra como máximo responsable de comunicación de todas las marcas del Grupo (Peugeot, Citroen t DS) a un tal José Antonio León. Un personaje que se le conocía por llevar el departamento de carreras de Peugeot, tener amigos entre los informadores que hacen deporte y ser un relaciones internas extraordinario. Eso sí, recomendado del que fue Director General de las marcas para España y Portugal, Rafael Prieto.

Son hechos que se suceden en estas grandes compañías, donde compensan las relaciones internas más que la efectividad en el cargo. Ante las tendencias del nuevo responsable y la inutilidad de su gestión, la labor en comunicación de las marcas ha bajado considerablemente, al menos en lo que ha nosotros respecta. Hemos intentado comunicarnos con el llamado Jose Antonio León, pero su callada siempre ha sido su respuesta. Algo realmente incomprensible, habida cuenta los medios de comunicación que tenemos, controlado por OJD. Una total falta de educación. Pero así son las cosas.

Suponemos que estas circunstancias han sido el motivo de la carta que nos ha enviado Luis Porro, que publicamos en parte a continuación:

"El 30 de diciembre, es decir, ya, dejo Citroën, la marca para la que he trabajado los últimos 30 años, ha sido una actividad verdaderamente interesante que me ha permitido disfrutar un montón de años en los que he compartido muy buenos momentos con la prensa.

No todo el mundo tiene la suerte de trabajar en el automóvil, en comunicación, de presentar nuevos modelos, de disfrutar conduciendo la última versión… y además, que te paguen por ello.

Esta no es sólo una carta de despedida, es también de agradecimiento, especialmente por lo que has contribuido a hacer más fácil y agradable mi trabajo, por la buena relación profesional y por los últimos artículos...

Me voy contento, aunque con la penita de dejar atrás el ajetreo de las presentaciones, los procesos creativos en la preparación de los eventos o recordando los buenos momentos compartidos.

Está claro que nada es para siempre y lo mejor es que cada cosa se haga a su hora. Yo me adelanto un poco, todavía no he llegado a los 60, pero espero que este adelanto me permita disfrutar, entre otras cosas, de mis aficiones que como sabes no son pocas".

Dejo la gran marca Citroën, una marca cargada historia y con un enorme futuro y para la que te pido, como siempre he hecho, todo tu apoyo.

Desde esta modesta tribuna, Luis, te deseamos lo mejor en el futuro. Te lo mereces. Como te mereces un homenaje de todos los que durante años hemos compartido tu buen hacer, además de tu amistad. En este momento, vamos a preparar una entrañable cena o comida en la que estamos seguros se sumaran los muchos amigos que dejas en esta profesión