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Porsche 911 GT3 tras su paso por el programa Paint to Sample
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Porsche 911 GT3 tras su paso por el programa Paint to Sample

Con decenas de opciones individuales para elegir, la gama de combinaciones posibles en el programa Paint to Sample es tan amplia que ver dos 911 idénticos es prácticamente imposible.

Por Motorpoint
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martes 29 de marzo de 2022, 12:37h

La elección del color juega un papel importante en la personalización. Para satisfacer la creciente demanda y facilitar el acceso a los clientes, el popular programa Paint to Sample, que se ofrece a través de Porsche Exclusive Manufaktur, recibió una serie de mejoras a finales de 2021. Con ello, Porsche destaca el compromiso de la marca de permitir al usuario construir el automóvil de sus sueños. Incluyendo los colores de serie de cada modelo de la gama, más de 160 opciones de pintura forman parte del catálogo actual.

En la planta de Zuffenhausen, donde se ensamblan los modelos 911, 718 y Taycan, un banco de mezcla de colores adicional ha permitido aumentar la capacidad para completar más configuraciones de Paint to Sample sin ralentizar la producción. “Como respuesta a la demanda, hemos mejorado el proceso y ya no hacemos cinco sino veinte coches al día, lo que supone 120 unidades por cada semana del calendario laboral”, comenta Boris Apenbrink, Director de Vehículos de Porsche Exclusive Manufaktur.

Antes de su ensamblaje en 117 etapas, el chasis del 911 pasa más de un día preparándose en el taller de carrocería y pintura. Uno de los desafíos de pintar vehículos y desarrollar acabados de pintura es conseguir que el resultado sea óptimo en todo tipo de materiales. La carrocería de un vehículo consta de varios componentes distintos, entre ellos, acero, aluminio, fibra de carbono o polipropileno. Los lotes de pintura deben adaptarse a todos ellos por igual y ser capaces de generar el mismo color.

Antes de acceder al taller de pintura, la carrocería se desengrasa, recibe una capa de fosfato y se somete a un proceso electroquímico utilizado principalmente para la protección contra la corrosión. Durante el recubrimiento, se sumerge en un recipiente, que se llena con pintura de inmersión electroforética y agua desionizada. Para lograr una cobertura óptima, la carrocería se gira sobre su propio eje.

A partir de aquí se aplica una imprimación, una capa base y una capa transparente a la carrocería y los paneles, con un color estándar, utilizando aproximadamente 4 litros de líquido entre las tres etapas. Las imprimaciones se eligen según el color final; los colores claros requieren imprimaciones claras, mientras los colores oscuros necesitan imprimaciones acordes. La capa base es la que ofrece el tono solicitado y tiene un grosor de apenas 30 micrómetros. Para hacerse una idea de esta medida, un folio normal mide 100 micrómetros.

La capa final, es decir, la transparente, es la más gruesa de todas con entre 30 y 50 micrómetros. Una vez aplicadas todas, el siguiente paso es secar la pintura a una temperatura máxima de 200 grados durante más de dos horas y media. “Muchos clientes quieren dejar constancia de su personalidad a través de su coche”, dice Apenbrink. “Nada como el color del vehículo para lograr este propósito”.

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