GP de China

Demasiadas informaciones, demasiadas controversias y enfrentamientos sobre el tema del número que este Gran Premio de China hace de la Fórmula 1. Liberty quiere hacer que esta cifra 1.000 sea relevante este fin de semana y ya no sabemos quien tiene razón. Hay artículos largos, demasiado largos, para reivindicar un número de GPs. Y para mi, la realidad es que me da igual. Todos tienen razón dependiendo cómo sumen y lo que sumen. ¿Es tan importante?

El pasado Gran Premio de China ha dejado tan buen sabor de boca entre los aficionados y prensa especialista que hay quien lo propone como una de las mejores pruebas de las últimas temporadas.

La carrera parecía diseñada para que ganará Vettel, pero, una serie de circunstancias, hizo que pudieramos presenciar el talento de Ricciardo y la demostración de la estrategia de Red Bull.

La clasificación ha resultado una sorpresa, relativa, pero sorpresa en definitiva. Aunque los dos Ferrari podían conseguir la pole, nadie esperaba que sacaran tanta diferencia, sobre todo a Hamilton.

En el circuito de Sanghai Pirelli ha dado un salto de los blandos a los ultrablandos, no pasando por los superblandos.

Fernando Alonso, con el asfalto mojado, era el más rápido en las cuvas y el más lento en las rectas. Carlos Sainz fue el primero de los equipos de media parrilla con una estrategia difrente.

Fue construído en 2003 por Hermann Tilke y su diseño evoca el carácter chino "shang".