La carrera parecía diseñada para que ganará Vettel, pero, una serie de circunstancias, hizo que pudieramos presenciar el talento de Ricciardo y la demostración de la estrategia de Red Bull.
Todo cambió en muy poco tiempo en Shanghai. Los dos Toro Rosso se golpearon en una mala decisión de Hartley cuando cerró a su compañero, Gasly. La pista se llenó de trozos de los coches por el golpe y salió a pista el Safety Car para que se limpiara la pista. Y Red Bull lo aprovechó.
En ese momento, todos los primeros montaban el neumático más duro con la intención de llegar hasta el final y no hacer más paradas. Unas vueltas antes, en el primer cambio de gomas, Bottas habíaadelantado a Vettel y rodaba en la primera posición.
Y el equipo austriaco hizo una maniobra genial, metiendo a sus dos coches al mismo tiempo, algo que sólo le puede salir bien a un gran equipo con mecánicos geniales. No suele salir bien casi nunca, pero que, hoy, marcó el desenlace de la carrera.
Con neumáticos más blandos y más rápidos, Verstappen y Ricciardo se lanzaron a la caza de los punteros. Y verstappen hizo otra de las suyas. Quiso adelantar a Vettel con más corazón que cabeza, como casi siempre vemos al holandés, y los dos coches se tocaron, hicieron un trompo y fueron psados por Icciardo, Hamilton y Raikkonen.
Vettel resultó el más dañado porque empezó a rodar sensiblemente más lento que los demás e, incluso, fue adelantado por Fernando Alonso cuando sólo faltaba una vuelta. Adelantamiento increíble del español que merece la pena verlo varias veces para darnos cuenta de la calidad de Fernando.
Y quien debe ver repetida también varias veces es Verstappen la última parte de esta espectacular carrera. Tiene que ver como se gana una carrera con cabeza y aprender mucho de Ricciardo. El australiano sabía que tenía mejores neumáticos que Raikkonen y Bottas y supo madurar sus adelantamientos y marcando récord vuelta tras vuelta.
Sus adelantamientos fueron limpios aunque ninguno de sus adversarios se lo puso fácil. Pero vaía que frenaba más tarde y que salía mejos de las curvas. Y esperó los momentos oportunos. Y ganó con una brillantez increíble, llegando desde la 5ª posición.
Fernando volvió a hacer una carrera de las suyas, saliendo desde atrás y de menos a más. Terminar 7º cuando tenía por delante monoplazas más rápidos, como Renault, Haas y Force India, es toda una hazaña. Tan sólo quedó por delante el Renault de Hulkemberg, impecable, como en las dos primeras pruebas de la temporada. Carlos Sainz también hizo una buena carrera y hbría sido perfecta si también hubiera adelantado a Vettel con quien entró pegado.
Y Hamilton no parece Hamilton. Está desdibujado. Algo pasa con el inglés. Ni con neumáticos blandos o duros estuvo nunca a la altura de su compañero y se le ve falto de esa agresividad que le caracteriza. Nos recuerda al Hamilton que perdió un campeonato con su excompañero Rosberg. ¿No está a gusto con el coche de 2018? Ya veremos.
Por la parte de atrás lo de siempre, con la sorpresa de ver de nuevo a los Toro Rosso peleando en esa zona. ¿Fue Bahrein el sueño de una noche?
Si (
No(
