Vuelve el "Cachondeo del Año"

Estamos en los últimos días del año. Como es tradicional y abundante se multiplican las noticias del llamado “Coche del Año”. Hay galardones para todos los gustos: “Coche del Año al mejor diseño”, Mejor Coche del Año del ABC”, Mejor Coche del Año de la revista Pepe, Mejor SUV Europeo, “Coche del año de Europa y así hasta el infinito. Para dar y tomar.

Conocemos las entrañas de estos galardones. La mayoría de ellos son fruto de una buena gestión del correspondiente departamento de Prensa , siempre apoyado por el departamento de marketing (publicidad). La marca galardonada aprovecha la circunstancia para promocionar el premio en sus publicidades y el medio que los concede se asegura una buena campaña en el periodo de mayor carencia publicitaria. Todos sacan tajada al asunto.

El funcionamiento interno es de lo más variopinto. Depende del medio que lo concede, así gastan las marcas involucradas en la cosa del “Coche de…” La mayoría pican. Ofrecen a los miembros que componen la responsabilidad de la elección, el coche candidato. Durante un periodo entre seis meses y hasta un año disponen del modelo en cuestión. La versión más alta de la gama. No podía ser menos. Después de la “prueba” la marca correspondiente -salvo excepciones- se lo frece al votante a mitad de precio, más o menos. Somos conscientes que la mayoría lo compra; bien para ellos o para venderlo a un precio justo con el correspondiente beneficio. La crisis es la crisis.

Toda esta parafernalia y captación del voto favorable tiene como prima o recuerdo del acto, además del modelo galardonado a precio de saldo, desde un ordenador portátil, pasando por una tablet de última generación para terminar por un crucero de lujo con pareja incluida. Así funciona. Y que conozcamos, poco devuelven el llamado cohecho. Como en política. Con esto no quiero decir que el jurado no sea honesto. No. Pero se da la circunstancias que los que más se gastan en la promoción previa con los medios, son los que siempre ganan. Esto es una de las múltiples formas para conseguir la mayor puntuación.

Hay otros títulos que se venden claramente. Un acuerdo entre la parte actora y la empresa galardonada. Se puede camuflar la arbitrariedad del Premio diciendo que votan los lectores. De esta forma, se lavan las manos. El caso es que no conocemos a ningún notario que haya dado fe de esta cuestión. Hay casos que el propio editor de la publicación enviaba las papeletas o el listado en su “justa” medida al requerido notario.

Este es el funcionamiento de la mayoría -por no decir la totalidad- de los llamados “Coches del Año” Y como es habitual, “año nuevo, muchos Coches del Año nuevos.

Creo que el lector, el comprador de coches, es quién dictamina que coche le interesa más. El Mejor Coche del Año, a nuestro modo de ver, es el más vendido. Son los compradores los que premian con su dinero el que consideran el mejor, el que más se ajusta a sus necesidades. Es decir, el coche mas vendido se merece ese galardón. Y como notario inapelable, la Dirección General de Tráfico. Aquí no hay manipulaciones.