Durante el aislamiento de la pandemia, Dan Hryhorcoff fabricó un coche de choque gigante en su garaje. Basado en un modelo de 1953, recreó la carrocería utilizando espuma de poliestireno y fibra de vidrio. El coche cuenta con un motor trasero y tracción trasera, utiliza una rueda delantera de motocicleta y es legal para circular por la calle. Hryhorcoff, ingeniero y propietario de un taller mecánico, ha realizado otros proyectos similares en el pasado.
Durante el aislamiento de la pandemia, vimos algunos proyectos extraños. Uno de ellos es el coche de choque gigante de Dan Hryhorcoff que fabricó en su garaje.
La versión de Hryhorcoff, que mide 4 metros de largo, siete pies de ancho y 1.67 metros de alto, que es más del doble que el vehículo normal. Se basa en uno de los coches de choque de 1953 encontrados en el parque de diversiones Knoebels en Elysburg, Pensilvania.
Según Popular Science, fue necesario que acudiera a Knoebels para poner en marcha el proyecto. Afortunadamente, se le otorgó permiso para pasar ocho horas en el parque, donde pudo examinar los coches de choque y, lo más importante, tomar medidas. Al regresar a casa, recreó la carrocería utilizando espuma de poliestireno. Luego utilizó esta recreación para crear moldes y finalmente fabricar la carrocería definitiva con fibra de vidrio.
El coche de choque, emplea el motor de un Chevrolet Aveo. No obstante, se ha reubicado el motor y el tren de engranajes del vehículo de tracción delantera hacia atrás para transformarlo en un coche con motor trasero y tracción trasera.
Hryhorcoff decidió utilizar la rueda delantera de una motocicleta, lo cual lo convierte en un triciclo. Igualmente, este coche de choque es completamente legal para circular por la calle y no es el primer proyecto de Hryhorcoff. Al comienzo de su jubilación, decidió crear una versión ampliada del coche de pedales "Murray Sad Face" de los años 50. Durante ese proyecto, adquirió valiosos conocimientos sobre la fibra de vidrio, los cuales resultaron fundamentales para el desarrollo este coche tan especial.
Hryhorcoff se describe a sí mismo como ingeniero, no un artista, y durante sus años de trabajo fue propietario de un taller mecánico. Incluso desde que era niño, recuerda estar fascinado con cualquier cosa mecánica, jugando con cortadoras de césped e incluso construyendo karts.
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