Este modelo es el emblema off-road de la firma americana. Con su clásica configuración de chasis con largueros y travesaños y un aspecto cuadrado que mantiene el clasicismo del mítico Jeep Willys. Iniciamos la prueba en asfalto en un día con mucho viento, algo que este coche no tolera muy bien. Está claro que no es vocación. Su concepción nos pide que probemos en lo que sí es su aliado: carreteras mal asfaltadas y caminos cuanto peor, mejor.
Cuenta con dos carrocerías —de tres puertas y de cinco—, dos motores —de gasolina de 272 CV y Diesel de 200 CV— y tres niveles de equipamiento —Sport, Sahara y Rubicon—. No es un coche barato ya que los precios comienzan en 50 000 €.
Tiene un chasis de doble viga, ejes rígidos y reductora. Respecto al modelo anterior ahora tiene mejores ángulos todoterreno, es más ligero, más eficiente y su equipamiento, más abundante y moderno y por primera vez, Jeep utiliza un diferencial central en el Wrangler. Esto permite circular con la tracción en las cuatro ruedas sobre superficies con mucha adherencia, como es el caso de una carretera seca.
Está completamente orientado a una utilización exigente en el campo y eso condiciona, de manera clara, sus reacciones en carretera, pero, respecto a la generación anterior, la mejora es evidente. Ahora resulta más preciso en curva, es más cómodo y transmite más confianza a quien va al volante.
El equipamiento Rubicón, que es el más costoso de la gama, está dirigido a aquellos que requieran las mayores capacidades en conducción todoterreno. El sistema Rock-Trac tiene una reductora con una relación mayor de desmultiplicación, unos ejes rígidos más robustos, bloqueo de los diferenciales delantero y trasero, desconexión de la barra estabilizadora delantera para aumentar el recorrido de las ruedas y neumáticos de tacos.
La versión de tres puertas, que es la que probamos, tiene unas plazas pequeñas. El espacio para las piernas escasea y el maletero no es grande, más bien pequeño, para el equipaje de 4 personas. La sensación que causa el habitáculo es claramente mejor que antes, con una presentación más cuidada y mejores materiales. Aun con ello, habrá quien quede sorprendido por detalles nada habituales en coches de este precio (cables no ocultos o ruidos provenientes del techo) pero que en algunos casos están justificados por una de las características del Wrangler: el parabrisas es abatible y las puertas y el techo se pueden extraer.
Las últimas tecnologías ya son necesarias en todos los vehículos y el Jeep Wangler no renuncia ellas.
Cuando entras en el habitáculo y te pones al volante, se ve que cumple con lo que se espera de un coche nuevo: una pantalla táctil de 8,4 pulgadas, un buen sistema multimedia con navegador integrado e incluso tomas USB perfectamente integradas bajo una tapa. Pero incluso en el diseño interior, el clasicismo y lo vintage es protagonista.
Un motor es Diesel, tiene 2,2 litros de cilindrada y da 200 CV (necesita de Adblue para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno). El motor Diesel no es refinado ni silencioso. Mueve con suficiente soltura al Wrangler y su consumo, como cabe esperar de un coche de este peso (2065 kg el Wrangler Rubicon 3p), aerodinámica y tipo de neumáticos, no es bajo (suele estar entre 8 y 11 litros cada 100 km/h en asfalto). La caja automática aumenta el confort de conducción y hace más sencilla la conducción fuera del asfalto, sobre todo cuando hay que avanzar muy despacio.
Entre el equipamiento posible están el sistema de alumbrado mediante faros de ledes (solo Sahara y Rubicon), acceso sin llave, calefacción en volnte y asientos, dos sistemas multimedia (con pantallas de 7 y 8,4 pulgadas) compatibles con Android Auto y Apple CarPlay y la detección y aviso de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores. Algo más a su favor es que puede ser personalizado.
Conclusión
Nuestra experiencia con este Jeep es un poco contradictoria, pero lo si que podemos afirmar que es el mejor todoterreno de serie que hemos probado en los últimos tiempos. Pero...
Tiene un pero muy importante. Circular en asfalto es bastante incómodo, rumorosidad interna y los neumaticos de tacos no ayudan mucho en este apartado y no digamos en ciudad. Y cuando te da el viento lateral hay que estar muy concentrado en su manejo.
La marca ha incorporado todo tipo de tecnología digital, de acuerdo con los tiempos en los que vivimos. El comprador de este Jeep tiene que tener una vocación campera o tenerlo en una finca para disfrutar en caminos en las que este coche es espléndido. Monta una reductora que nos permite subir en zonas impensables.
Su imagen no ha cambiado practicamente, mantiene esa esencia del primer modelo, aunque se puede personalizarlo tanto como queremos hasta un coche con los colores que más guste y del que podamos presumir. Además dispone de versión 5 puertas.
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