Acaba de cumplir 90 años. Él fue quién abrió el camino de mis de cincuenta de comunicador. Recordé el primer articulo que escribí en la revista “Motociclismo” sobre la tecnología de la válvula rotativa en los motores de dos tiempos. Después vinieron las pruebas de motos, como la Ducati 24 Horas, la Derbi 74 Gran Sport.
Recuerdo también cuando estuve en mi primer Gran Premio de España, desplazándome en aquella furgoneta Tempo, llevando las revistas devueltas de Motociclismo y cuya recaudación nos servía para pagar el mantenimiento. Incluso, dormíamos en la propia furgoneta, para evitar gastos mayores.
¡Que tiempos! Yo era solo un joven que no había terminado su carrera de Ingeniero técnico, que amaba las motos y que había puesto un taller en el Puente de Vallecas y tenía como aprendiz a un niño que se llamaba Ángel Nieto. Preparaba motores de dos tiempos y hacía mis primeros pinitos en el mundo de la comunicación técnica. Todo un agradecimiento por mi parte a la persona con más ingenio que he conocido. Fue una oportunidad inolvidable
Después, nuestras vidas se separaron profesionalmente. El recordado y desaparecido Rafael Escamilla me contrato para trabajar en la revista “Velocidad”. A pesar de ser el padrino, creo, de uno de sus hijos, se había convertido en su principal rival. Esto motivo mi salida de Luike. Luego vinieron mis 39 años en el diario “AS”, la fundación de revistas como “La Bici”, “Guía del Comprador de Coches”, etc. Publicaciones que fueron replicadas por mi buen maestro.
Pero como dijo aquél, pelillos a la mar. En la vida hay que ser agradecido. A pesar de los pesares. Y quiero reconocerte, Enrique, que aprendí mucho de ti. De tu ingenio. De tu forma de crear publicaciones. De tu sentido y el valor que das a los tuyos, tu familia. También, por ese doble sentido que das a tus palabras. Tu peculiar ironía. Hay que ser muy agudo para seguirte, Enrique.
Me dicen tus hijos que cuando estás en Madrid, vas diariamente a la redacción. No me extraña. Que sigues aportando tus geniales ideas. Te veo con ganas, como cuando viniste a Madrid desde Sevilla en aquella Montesa Brío 81. No olvido cuando informabas en las páginas de motor en el diario "Pueblo", cuando te veíamos con la cámara al hombro por los embarrados circuitos de moto-cross. Cuando leíamos tus entrevistas, siempre ilustradas con la caricatura del entrevistado, así como tus reportajes filmados.
Son muchos años, Enrique. Hemos convivido viajes, anécdotas… ¿Recuerdas? Fue en Japón, cuando me llamo mi hija mayor desde España para decirme que iba a tener un nuevo miembro en la familia. Estabas allí, conmigo.
Son muchos recuerdos, maestro. En varias ocasiones hemos estado a punto de ser socios con algunas de mis ideas. A punto estuvo de crear juntos algo como “Motorpoint.com”, cuando nadie creía en el soporte digital. Tu lo apreciaste con esa visión de futuro que siempre has tenido.
Podría escribir un libro sobre ti. Tienes una gran historia. Pero para mí, ahora que has cumplido noventa años de tu vida y sesenta de profesión, solo decirte que las generaciones que hemos seguido esta profesión, tenemos mucho que agradecerte, Enrique. Espero que sigas sumando mis caricaturas a las muchas que me has hecho. Por muchos años
Un fuerte abrazo, Enrique, Luike, genio y figura.