¿Qué coberturas deben tener los seguros de coche?

El seguro del vehículo es un requisito imprescindible para poder circular con él. De no tenerlo los conductores se exponen a sanciones importantes. A su vez, la protección que garantiza esta medida tranquiliza mucho a los conductores.

Con el seguro, que como decimos es algo obligatorio si queremos utilizar un coche, lo que se hace es cubrir la responsabilidad civil del conductor, es decir, los daños que el conductor puede causar con su vehículo a terceras personas o a otros vehículos en caso de que el accidente sea responsabilidad de este conductor. En teoría, con este seguro obligatorio quedan fuera de cobertura los daños personales del conductor asegurado, así como los daños materiales que se produzcan en el vehículo.

Seguro a terceros, la responsabilidad civil

La cobertura obligatoria que está incluida en todas las modalidades del seguro de coche es el seguro a terceros. Esta es la que hemos descrito anteriormente y con ella la aseguradora asume la indemnización por los daños causados a terceros.

La póliza cubre los gastos médicos por un accidente de circulación, la indemnización por fallecimiento o la incapacidad permanente o absoluta por causa del siniestro y la asistencia en carretera, incluyendo aquí el servicio de grúa y el traslado de los implicados en el accidente.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la asistencia en carretera no todas las aseguradores ofrecen las mismas prestaciones, ya que muchas de ellas establecen un máximo de kilómetros de grúa en caso de que tengan que desplazar el vehículo.

Seguro de terceros ampliado

Otra posibilidad con los seguros es contratar uno de terceros ampliado, que suma a las coberturas anteriores servicios de protección frente a las lunas, el robo del vehículo y el incendio del mismo.

Las lunas están protegidas todas: parabrisas, ventanillas delanteras y traseras, luna trasera y hasta el techo solar. Pero ojo, como ocurría con el seguro de responsabilidad civil, muchas compañías pueden imponer ciertas limitaciones, por lo que es imprescindible estar muy atento a cada oferta.

Con respecto al robo no solo se protege la perdida del vehículo, también los daños ocasionados en el mismo. Por otra parte, debemos tener muy claro que la protección ante incendios asegura todos los casos en los que el mismo no haya sido provocado.

Seguro a todo riesgo o daños propios

La tercera opción común en seguros de coche es la cobertura de daños propios, o como se conoce habitualmente, el todo riesgo. Con ella la aseguradora se hace cargo de que los daños que sufra el vehículo por culpa de un accidente, hundimientos de terreno, vandalismo y otras situaciones como incendio, explosiones o caídas de rayo. Lo diferencial aquí es que la cobertura actúa siempre, incluso cuando quien contrata el seguro es responsable del siniestro.

No obstante, en este caso podemos distinguir entre seguro con o sin franquicia. En el primer caso el tomador del seguro se responsabiliza de parte de la reparación. El precio del seguro, por tanto, es más económico.

A su vez, hay aseguradoras que dividen el vehículo en partes: trasera, frontal, izquierda, derecha y techo, por lo que si asignan una franquicia mínima a pagar, asegúrate de que esa cantidad es por todo el coche y no por cada una de las partes.

Las coberturas opcionales en el seguro del coche

Más allá de las pólizas clásicas, existen otras coberturas que son opcionales y que pueden ser interesantes en función de tus necesidades como conductor. Una muy interesante es la de daños a animales, que consiste en que algunas compañías cubren los daños ocasionados al chocar con animales cinegéticos, domésticos o ambos.

El coche de sustitución es otra cobertura muy interesante, especialmente para quienes utilicen su vehículo como herramienta de trabajo. Eso sí, hay que analizar bien hasta dónde llega el uso del coche de sustitución.