Diferencias entre las modalidades de los seguros de coche que hay que valorar al hacer la contratación

Comprar un coche es una decisión que debe meditarse bien para acertar de lleno y no arrepentirse: tipo de combustión, dimensiones, nuevo o de segunda mano, etcétera. Precisamente el hecho de si es recién salido de fábrica o ya tiene unos cuantos kilómetros a sus espaldas es un factor clave a la hora de decidir otro aspecto importante. Nos referimos a qué seguro contratar.

Si el coche es nuevo, conviene hacer el seguro de coche a todo riesgo. En caso de que sea de segunda mano, en función de los kilómetros acumulados será más recomendable optar por el mismo producto que acabamos de mencionar o recurrir a otras alternativas como los seguros a terceros o los todo riesgo con franquicia.

La lista es extensa, así que para facilitarte la decisión, hemos recopilado las diferencias que hay entre las diversas modalidades. Sigue leyendo para averiguar todas las que adquieren importancia. Posteriormente, calcula tu seguro de coche online con un comparador como CHECK24 que no solo te da el precio. A diferencia de otras herramientas similares que permiten contratar el seguro offline, en este caso la contratación es realizable en línea, con todo lo positivo que esto conlleva.

Seguro a terceros

Empezamos hablando del seguro de coche más asequible de todos: a terceros. Su propio nombre indica claramente las coberturas que tiene. Sea cual sea el daño que hagas a un tercero, la compañía aseguradora se hará cargo del importe en cuestión.

Hay que tener en cuenta que no es posible circular con un coche sin seguro. Así pues, incluso los automóviles de segunda mano con mucha antigüedad e incontables kilómetros recorridos, han de contar con este producto que acostumbra a ser bastante asequible sobre todo si se compara con una herramienta como la descrita en anteriores párrafos.

El seguro a terceros abarca la responsabilidad civil que tanta importancia tiene. Además, incluye asistencia en viaje, así como un seguro de accidentes. Por desgracia, aquí termina la lista de coberturas.

Seguro a terceros ampliado

Llegamos a una alternativa muy exitosa porque, a pesar de ser asequible, es bastante completa. Así lo demuestra el hecho de que, a las coberturas antes sacadas a colación, se suman varias que pertenecen precisamente a la ‘ampliación’ del seguro a terceros.

En concreto, las lunas pasan a quedar cubiertas por el seguro. Aunque parecen elementos bastante sólidos, se rompen con facilidad. El simple hecho de que granice -lo cual es habitual hoy en día a causa del cambio climático- puede provocar roturas que son bastante costosas. En caso de que esto suceda, el seguro pagaría la reparación de la luna afectada o su reemplazo por una nueva.

Precisamente las lunas suelen romperse también con el objetivo de cometer un robo. En los tiempos actuales, los robos en los automóviles son bastante habituales, así que conviene contratar un seguro de coche como el terceros ampliado que no solo cubre esta adversidad.

Al listado se suma otro problema que puede producirse en cualquier momento aunque las probabilidades parezcan ínfimas. Hablamos de un incendio. Si esto sucede, el seguro a terceros ampliado pagaría los desperfectos para que pudieras volver a disponer de un coche funcional.

Seguro a todo riesgo con franquicia o sin franquicia

Aunque las lunas, un robo o un incendio acarreen daños que recibe el coche de uno mismo, los productos de las aseguradoras no los consideran daños propios como tal. Estos últimos, desafortunadamente, no están incluidos en las coberturas de los seguros que hemos descrito antes, aunque son de los más habituales.

Un simple despiste o el hecho de no dejar la suficiente distancia de seguridad puede dar pie a que, si el coche de delante frena en seco porque se le cruza un animal salvaje -como un jabalí-, acabes impactándole por detrás. Cualquier seguro que contrates se hará cargo de los desperfectos del otro vehículo, pero ¿qué pasa con el tuyo?

Reparar la parte frontal puede suponer un desembolso astronómico, sobre todo si no solo entra en juego el chapista, sino que también se han visto afectados elementos como el radiador. La situación cambia por completo contando con un seguro a todo riesgo, pero es importante diferenciar entre dos productos que poco tienen que ver: los de franquicia y aquellos que no tienen.

Si optas por un seguro de coche a todo riesgo con franquicia, sea cual sea el daño propio que haya recibido tu automóvil, tendrás que abonar ese importe al taller, aunque la reparación no sea tan costosa. A cambio, anualmente el gasto es inferior en comparación con el seguro a todo riesgo sin franquicia.

Este último, como su propio nombre indica, no exige abonar ni un solo euro al taller en el que se llevará a cabo la reparación. Es el producto más caro de todos, aunque proporciona una gran tranquilidad a los conductores sabiendo que, pase lo que pase, estarán cubiertos y no tendrán que desembolsar más dinero del que pagan cada año.