Atención a los horarios

Assen, la catedral

Un circuito de pilotaje donde la climatología es imprevisible

Por Tomás Diaz-Valdés

tdiazvaldesmotorpointcom/11/11/22

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Comentarios y recuerdos del circuito más emblemático del calendario del Mundial

Muchos años hemos presenciado el Gran Premio de Holanda, en Assen. Para mi, lo mismo que para muchos pilotos que han tenido la oportunidad de rodar en este conglomerado de carreteras rodeado de canales de agua, es uno de los mejores recorridos del panorama mundial. Tiene algo especial, como dice la canción. Allí asistimos a triunfos de pilotos españoles, como fue la primera victoria en un Gran Premio puntuable de Jorge Martínez Salvadores, “Aspar”. Todavía conservo la gorra de Michelin con el número 1 que me regaló tras subirse a lo más alto del podio (1984).

Siempre estarán en mi memoria las múltiples victorias de Ángel Nieto en este fantástico circuito (ha sido uno de los pilotos con más número de victorias). Recordamos con emoción aquellos adelantamientos que hacía a sus rivales –especialmente los holandeses- en la última curva (chicane) de la vuelta final. Ponía siempre su “pica” en Flandes, nunca mejor dicho. Llegó a ser tan odiado por los seguidores de Jan De Vries y compañía, como lo fue el Duque de Alba.

Tampoco puedo olvidar aquel tercer puesto que logró Santiago Herrero (1969) al mando de su mono cilíndrica Ossa, con monocasco de aluminio, frente a las Benelli de cuatro cilindros de Pasolini y Carruthers, quién le arrebato el título mundial en el circuito de Opatija (Yugoslavia) el mismo día que ganó su primera corona mundial Ángel Nieto. Como otra tercera posición de Sito Pons (1987) y su revolucionaria Kobas asistida por aquel recordado Antonio Cobas y el apoyo de Manolo Burillo. Son tantas las anécdotas… Tampoco puedo olvidarme de esos magos del ingenio que tanta sabiduría aportaron a aquellas monturas de la época, como Paco Tombas, Jan Thiel y Jörg Muller. En mi libro “Ángel Nieto, las curvas de la vida” hablo de ellos con la extensión que se merecen.

Esto es historia. No tiene nada que ver con lo de ahora. No había tantas complicaciones con la electrónica y, mucho menos, con los neumáticos. Precisamente, en este último apartado, las ruedas se conservaban de una carrera para otra. Especialmente los pilotos que no gozaban de los placeres de la oficialidad de marca. Que se lo pregunten a los Carlos de San Antonio, González de Nicolás, hermanos Galí, Alberto Puig, Víctor Palomo, Garriga, Cardús y compañía. Incluso, el mismísimo “Sito”. Sufrieron, y mucho, sus precarios comienzos. Pero la afición superaba las adversidades.

Es el pasado. La actualidad es muy diferente. Nada que ver. De entrada, el circuito ha cambiado. Es más largo. Se mantienen algunas de las curvas, las más espectaculares y complicadas, así como la chicane de entrada a la línea de llegada. También es un circuito cerrado en buena parte del mismo.

Antes, repito, eran carreteras abiertas a la circulación cuando no se celebraba ninguna competición. Dispone de unas excelentes instalaciones. Nada que ver con lo anterior. Sin embargo, mantiene su esencia. Ese calor que dan los más de 150.000 espectadores que a lo largo de los años disfrutaban, y disfrutan, durante un largo fin de semana del gran festejo de Assen. Una especie de San Fermín, pero en torno a la moto. No podemos olvidar que este Gran Premio nació en 1925. Es el que tiene más historia. Siempre se ha celebrado a excepción de los años de la II Guerra Mundial. El actual recorrido se basa en el que se creó en 1955. Ha tenido muchos cambios en el trazado y longitud, aunque se mantiene lo esencial.

La gran fiesta del TT Dusch

La semana de Assen es excepcional. Una población de 10.000 personas da cabida durante seis días a todo ese cumulo de gente. La ciudad, dicen, vive de los ingresos que produce el acontecimiento. Grupos musicales, cerveza sin medida y freno, corren por sus calles. Se improvisan bares, párkings, campings sobre las verdes praderas. Cualquier tipo de instalaciones, incluidos los silos de pienso de las numerosas granjas que lindan con el recorrido se aprovechan del acontecimiento. Los granjeros ofrecen sus casas como improvisadas pensiones. Todo el mundo vive a su manera el Gran Premio y le saca su rentabilidad.

El “TT Dusch” conserva su nombre original. Creo, si mal no recuerdo, que es el “Gran Premio” con más historia del actual Campeonato del Mundo. Como en su día lo fue el “TT de la isla del Man”, ahora, afortunadamente, fuera del calendario dada su fatídica historia. Son las dos únicas competiciones que todavía conservan las “TT” (Tourist Trophy), como se conocían antiguamente los grandes premios puntuables.

Aficionados holandeses, alemanes, belgas, británicos..., de toda Europa. Vienen para disfrutar el “TT Dusch”. También españoles. Ahora más, naturalmente. Tenemos pilotos que suben a lo más alto de podio. Es emocionante. Especialmente escuchar el himno español en estos lares, donde el Duque de Alba es el “coco”. Hay que ser muy frio para que no se salten las lágrimas. Al margen de la política, evidentemente. A mí me ha pasado.

El que esto escribe tiene muchos recuerdos de Assen. Positivos. Hemos vivido muchas ediciones en las que han triunfado los españoles. Esto llena el corazón. Ver como en la noche de Assen las gradas que rodean el recorrido, se llenaban con aficionados metidos en sus sacos de dormir. No hay una estructura hotelera para albergar a tanta gente. En mi caso, como la media docena de colegas que nos desplazábamos para cubrir el acontecimiento, teníamos que alquilar, en alguna de las granjas, habitaciones para dormir. Eso sí, los desayunos que nos preparada la “patrona” de la casa eran excepcionales. Merecía la pena. Era la forma de estar cerca y vivir el acontecimiento.

Otro de los espectáculos, al margen de las carreras, era contemplar el trabajo de los antidisturbios enviados desde Ámsterdam. Más de 2.000 efectivos para controlar el desmadre nocturno que se producía en la noche de la víspera. Todos los comercios colocaban paneles de madera en sus escaparates para evitar el vandalismo que produce el alcohol.

Es otro mundo. Es otra historia. Fueron y son unos bonitos recuerdos. Y es que Assen, siempre será la catedral de este bonito y espectacular deporte. Se me olvida: ahora no se disputa el último sábado de junio, como era lo tradicional. Se celebra el domingo.

Para esta edición han cambiado el orden de las categorías y Moto GP se celebra antes que Moto 2. Atentos, por lo tanto, a los horarios.