La ciudad de Detroit en EE.UU se declaró en el día de ayer en quiebra. El epicentro del mundo del automovilismo, la cuna de las novedades y el espectáculo de las cuatro ruedas no puede afrontar la deuda de 18.500 millones de doláres (más de 14.000 millones de euros), por ello, la ciudad, ha solicitado la suspensión de pagos.
Una ciudad que ha ido de mal en peor. Si antes era un foco de actividad económica y social, ahora se ha convertido casi en una ciudad sin recursos. En poco más de medio siglo, sus habitantes han descendido en una cifra más que notable, y además se han dejado cerca de 100.000 edificios deshabitados, pues los recortes hacían difícil la tarea de seguridad por parte de la policía, convirtiéndose en una ciudad de crimen y delicuencia.
Una ciudad que debe su fama a uno de los salones del automóvil más famosos y espectaculares del mundo corre serio peligro, pues tal vez no haya un próximo. Si fuera así, el mundo automovilístico se perdería uno de los acontecimientos más eperados del año, un escaparte fundamental para todas las marcas de coches, pues allí se presentan las novedades mundiales más importantes.
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