Mitsubishi renueva el Eclipse Cross, destacando su diseño original y comodidad interior. Ofrece versiones híbridas enchufables con tracción 4WD, pero presenta un consumo elevado en autopista. Aunque es espacioso y cómodo en ciudad, su maletero es limitado.
Mitsubishi apuesta por una renovación completa de su modelo Eclipse Cross para situarse en el epicentro del segmento de los SUV con sistema híbrido enchufable. Por fuera, la primera visión es la de un modelo original dentro de esa categoría, lo que es una norma de la fábrica. Puede gustar más o menos en relación a otros competidores, pero no cabe duda de su originalidad, aún dentro de ciertas normas que nadie se atreve a transgredir. Destaca el techo descendente clásico en la marca y, sobre todo, los faros divididos, que le proporciona un cierto toque de agresividad.

Por dentro, la comodidad es reseñable y la cantidad de botones a nuestro alcance anticipan unas posibilidades que luego no se cumplen en el modelo que hemos probado. Claro que hay una oferta variada dentro del Eclipse Cross, que van desde los de gasolina a los híbridos enchufables, siempre con tracción a las cuatro ruedas (4WD), lo que no evita un sobreviraje cuando abusamos sin límite del acelerdor, sobretodo con el piso mojado. Seguramente, debido a su buena maniobrabilidad, ya que su giro está por encima de la media, aunque el volante podría ser más deportivo. Es muy recomendable utilizar las levas situadas detrás del volante para controlar los seis niveles del modo de frenado regenerativo.

El consumo
Con sus 188 CV, la aceleración es más que convincente y a la hora del consumo hay que tener en cuenta las diferencias entre ciudad y carretera. El motor eléctrico tiene hasta 40 kilómetros de autonomía, y en modo Charge se recarga automáticamente. Hasta los 90 kilómetros por hora no hay sorpresa y resulta económico. El problema es cuando vamos por autopista a la velocidad máxima permitida. Por ejemplo, en un desplazamiento a Galicia sobrepasó los diez litros por cada cien kilómetros, recarga incluida. Un consumo elevado que, debido a su tanque de combustible obliga a una parada más de la cuenta. Serían poco más de 8 sin recarga.
Espacioso por dentro, el maletero se nos antoja bastante justo para el segmento que ocupa, y los compartimentos interiores no son numerosos. Las buenas prestaciones y la originalidad del diseño contrastan con mínimas ayudas a la conducción y un navegador insuficiente, salvo en el modelo más exclusivo, puesto que debemos utilizar la conexión Android Auto o Apple CarPlay. Se nos priva, por ejemplo, de la reducción de velocidad al aproximarnos a otro vehículo. Las cuestiones más elementales se llevan a cabo en una pantalla intuitiva que marca el consumo, pero no el tiempo que llevamos al volante o la distancia recorrida.

Hay tres versiones, Motion, Kaiteki y Kaiteki+ que afectan a los acabados y a las prestaciones. En todos ellos destaca la información en pantalla del consumo eléctrico y de gasolina. Los usuarios de los híbridos enchufables que tengan posibilidad de recarga en su domicilio podrán disfrutar del Eclipse Cross en ciudad, con un interior cómodo y espacioso, de asientos mullidos, especialmente en la zona delantera. Utilizarlo en espacios urbanos es muy recomendable, pero es obvio que tiene contraindicaciones en carretera, donde la recarga no es efectiva y la autonomía se reduce bastante.
Texto: Pedro de Frutos