Los rallyes ocupan un lugar destacado en la trayectoria de SEAT dentro del mundo de la competición.
En 1977, diecinueve años antes de la histórica gesta, Antonio Zanini y Salvador Cañellas consiguieron la tercera y la cuarta posición en el Rally de Monte-Carlo conduciendo ambos un SEAT 124D Especial 1800. Por su parte, Salvador Servià logró una séptima posición al volante de un 1430/1800.
El SEAT Ibiza GTi 16V fue el elegido para volver a los rallys en 1995. Consiguió un tercer puesto en su debut en la categoría de dos ruedas motrices en Portugal con Erwin Weber al volante. Este piloto consiguió la victoria en el Rallye Acrópolis.
Un año después SEAT, impulsado por los éxitos recientes, dio el paso a la Copa del Mundo Fia de 2 litros. Los trofeos llegaron pronto, y en el debut la marca española empezó a creer en el trofeo.
SEAT llegó a la última cita de la temporada, en Gran Bretaña, con opciones al título. Gracias a la cuarta posición de Harri Rovanperä y la quinta de Erwin Weber en sus respectivas categorías le dieron la Copa del Mundo a SEAT en su primer año. Título que revalidaría durante los dos torneos siguientes.